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Prohibido borbonear

Os imagino al tanto de la reciente actividad política de Juan Carlos de Borbón: La semana pasada se hizo público que el jefe del Estado español se está dedicando últimamente a sugerir u ordenar (o lo que sea) a los sindicatos y partidos mayoritarios, y a la patronal, que se pongan de acuerdo para que no haya discrepancias políticas ni económicas entre ellos, al menos hasta que la crisis se modere. Para ello, está citando a los responsables de estos contubernios a su regia residencia, y no permite que el contenido real (el de verdad, quiero decir) de las conversaciones se haga público.

Es una noticia inquietante que no debe dejarnos indiferentes a muchos, a los revoltosos. A los rebeldes, como decía Arturo Barea, nos debe poner en guardia que Juan Carlos Borbón, que suele pasar inadvertido cuando de política de verdad se trata, sea noticia por citar a políticos y sindicalistas en la Zarzuela, para hablar con ellos de nada menos que un pacto político a gran escala.

Hay varios aspectos reseñables en este asunto, vamos por partes.

En primer lugar, cabe la duda de quién es el autor de la iniciativa, si el Gobierno o el propio rey. Si hubiera sido el Gobierno, con ser ésta una patochada, esto no sería algo demasiado trascendente. Cabría preguntarse, eso sí, cómo sería posible que un Gobierno con tanta experiencia tuviera que recurrir al jefe del Estado para tratar de convencer a los sindicatos, a los otros partidos y a la CEOE, de que pacten con el PSOE, como si al presidente Zapatero no le hiciera caso nadie y en su lugar se tuviera que llamar a alguien de renombre que lo representase. Ridículo, ¿verdad? La crítica al PSOE resulta tan obvia, que no puedo creer que la iniciativa haya partido del Gobierno. Sólo queda, pues, otra opción, la peor: creo que ha sido el propio rey el que ha decidido dar un paso al frente y hacer uso de sus presuntos poder e influencia sobre los líderes políticos y económicos españoles, para convencerlos de lo que él cree que deben hacer, llegar a un pacto de no agresión, acabar con las discrepancias y con las discusiones, calmar los ánimos al personal y evitar algarabías. Creo que lo ha hecho, además, porque no quiere acabar como su abuelo Alfonso XIII, expulsado por la gente, harta de su degeneración, de su desconsideración y de su elitismo abusón.

En segundo lugar, esta iniciativa juancarlista me parece mala, muy mala, y muy peligrosa. Por varias razones: (1) el rey no puede intervenir de ese modo en la política de este país, nadie le ha dado tal poder e incluso todos entendemos que, si se tolera eso de la monarquía, es porque el monarca no hace estas cosas; ¿cómo es posible que no haya manera de frenar estos impulsos absolutistas? ¿Qué demontres ha entendido este hombre que pinta?; (2) aunque J.C. pudiera permitirse el lujo de tomar “el timón de la patria”, esto que pretende el rey, un pacto de no agresión entre los representantes del pueblo soberano, es una auténtica barbaridad, un inaudito ejercicio de falta de respeto a la democracia y al poder popular; ¡sólo faltaba que quedaran en que ninguno de los partidos o sindicatos va a protestar, por muchas reformas laborales que se hagan y por mucho que nos bajen los sueldos, o lo que quiera que ocurra o pueda ocurrir en el futuro! ¿Otro Pacto de La Moncloa? Qué indigno sería que nos tomasen el pelo otra vez de esa manera; y (3) si el rey se ha animado a esto, ¡es porque cree que le van a hacer caso! Una trágica muestra de servil devoción al amo, si J.C. está en lo cierto. Pero si no lo está, ¿por qué cree que todo el mundo va a plegarse a sus caprichos y preferencias? Es fácil: porque está muy mal acostumbrado, muy mal. Hay que dejar de mimar a este señor. Éste es un buen momento para ello, a ver si nos animamos.

Estos intentos de Borbón por salirse con la suya pueden ser exitosos, aunque será prácticamente imposible demostrar, a corto plazo, que el presunto y futuro pacto entre todos estos malos elementos (PSOE, PP, CCOO, UGT y CEOE) obedece a la intercesión del rey. Si es así, y se llega a algún pacto, al menos espero que los trabajadores mandemos a todos estos señoritos a donde merecen estar: en el puto PARO.

Si la cosa les sale mal, y no hay ningún pacto, ¿será posible que la gente sea consciente de qué tipo de representantes, dirigentes y aspirantes a serlo, tenemos en España? Dad un repaso al PSOE, al PP (estos dos, en todas sus modalidades) y a los sindicatos (¿habéis visto lo que dijo Fidalgo?), y echad cuentas. Después podéis mirar a la basura de las televisiones, periódicos, webs y radios ultraderechistas, y a la Iglesia y a la Patronal.

Para echarse a temblar.

Con este panorama, sólo nos faltaba este monarca rencoroso metiendo la zarpa.

El editorial rebelde

Ayer, doce diarios catalanes decidieron publicar un editorial conjunto titulado “La dignidad de Catalunya“. No es largo, si no lo habéis leído os recomiendo que lo hagáis.

En él se expresa la preocupación de buena parte de la sociedad catalana acerca de la amenaza de que el Tribunal Constitucional (diez personas fuertemente tendenciosas, al fin y al cabo) pueda modificar en breve una parte fundamental del Estatuto de Cataluña, “promulgado el 20 de julio del 2006 por el jefe del Estado, rey Juan Carlos, con el siguiente encabezamiento: “Sabed: Que las Cortes Generales han aprobado, los ciudadanos de Catalunya han ratificado en referéndum y Yo vengo en sancionar la siguiente ley orgánica”.”

Estoy absolutamente de acuerdo con todo lo que se expresa en este editorial, de principio a fin. Es cierto que el TC se ha convertido en una especie de cuarta cámara de decisiones, ¡la última en tomarlas, tras el soberano pueblo y las Cortes elegidas por él! Es cierto, además, que el TC no es un órgano democrático, porque no es elegido directamente por el pueblo, sino por los partidos mayoritarios, que además en ocasiones -como la que nos ocupa- no llegan a ningún acuerdo entre sí, lo cual hace que cuatro de los 10 magistrados que ocupan actualmente los tronos del TC estén ejerciendo este cargo tras el vencimiento de su mandato.

Si nos parece que los parlamentos españoles hacen lo que les da la gana con el voto de la gente, ¿qué puede parecernos un tribunal elegido por los partidos políticos mayoritarios? ¿Y un tribunal no elegido siquiera por éstos, sino mantenido en gran parte en el cargo por desavenencias entre los intereses partidistas del PSOE y del PP?

No es posible que un conjunto de magistrados tan reducido y tan tendencioso tengan posibilidad de transformar una ley refrendada por el pueblo catalán y por su Parlamento.

Este editorial ha conseguido su objetivo al menos con una persona: conmigo. Al leer la frase: “Hay preocupación en Catalunya y es preciso que toda España lo sepa”, me di por enterada de algo que en verdad no había podido saber con anterioridad, porque no vivo en Cataluña y los catalanes con los que me relaciono no me habían transmitido esta preocupación.

En todo caso, creo y siempre he creído que el Tribunal Constitucional no es más que otro artífice del poder eterno para contravenir los deseos del soberano pueblo, cuando -muy raramente- puedan incomodar a alguno de los estamentos que siempre han gobernado este país, y tantos otros. De modo que enhorabuena por el editorial.

¿Aires de cambio en la prensa madrileña?

Ayer por la tarde tuve que hacer tiempo por ahí, y como hacía frío me refugié en un bar. No tenía nada que leer, así que eché mano a los dos periódicos que tenían a disposición de la parroquia, “El Mundo” y “El País”. Hacía tiempo, un par de meses tal vez, que no tenía ocasión de dedicarme con tanta tranquilidad a la lectura de la prensa española. El resultado de este ejercicio fue agridulce, pero con importantes novedades respecto a los últimos años.

Vamos en primer lugar con “El Mundo”: hace tiempo que se rumorea que este diario ha encontrado una vía por la que cambiar paulatinamente sus posturas editoriales, tan radicalmente conspiranoicas, por otras más a gusto del Gobierno de España. No he dado crédito a esa posibilidad hasta ayer, y os explicaré por qué ahora sí creo posible que “El Mundo” esté opositando a vocero del PSOE, al menos en parte. En primer lugar, la portada de ayer era digna de un periódico más o menos serio, lo que supone un cambio importante respecto a las miles de portadas que hemos visto los últimos años, de las que, si no comprabas el diario todos los días, lo más probable es que no extrajeras ninguna información (los titulares parecían un culebrón). En la edición de ayer, sin embargo, aparecían en portada al menos cuatro noticias de calado e interés, tratadas sin histeria conspiranoica. Me resultó llamativo ver cómo el tratamiento de noticias sobre corrupción en las que están implicados algunos miembros del Partido Popular no destilaba ese añejo tufo propagandístico a favor del partido derechista español. Tampoco es que lo atacasen, pero ya es un cambio. Y, por último, en uno de los editoriales que “El Mundo” publicó ayer, se defendía tímidamente al Gobierno español de las acusaciones de los marineros vascos del Alakrana. Sí, es posible que esa defensa sea más un meterse con unos presuntos nacionalistas vascos, pero… es otra novedad, no cabe duda. En tiempos, tal vez habrían preferido obviar el comentario. Por supuesto, el aire general del periódico es rancio y derechista, pero ahora resulta algo menos desagradable.

En cuanto a “El País”, ayer lo noté menos burdo en sus ataques al Gobierno, que últimamente parecían proceder de un montón de niños enrabietados con sus profesores, porque no les dejan hacer lo que les apetece.

En ambos casos, la lectura de los periódicos apenas me provocó gruñidos de indignación, e incluso logré obtener bastante información de aquéllos. Eso sí: en ninguna parte se hablaba de la reforma laboral que está tramando el Gobierno. Por supuesto, no espero que haya -de momento- ningún periódico de izquierdas. Hay que conformarse con los flecos que aún le quedan a “Público”, que cada vez son menos, y que terminarán por desaparecer. Pero a eso ya estoy hecha.

Si “El Mundo” se acerca al Gobierno lo suficiente como para convertirse en el periódico de referencia de sus simpatizantes -otras cosas más raras se han visto-, ¿en qué situación se queda el diario “Público”? ¿Será el chico de los recados? Puede ser, por qué no.

En cuanto a “El País”, no descartemos nada, porque todo es posible.

Bueno, la cosa parece animarse.

Ya hablaremos del editorial que han publicado hoy varios periódicos catalanes: os adelanto que me parece correcto, y como iniciativa bastante original. A lo mejor es la desesperación, la que aviva el ingenio.

Reforma laboral XXV

Id echando un vistazo a los planes de ZP para hacernos la vida más difícil en breve. Podéis para ello hacer uso del periódico “Público”, que está como se sabe al servicio absoluto del Gobierno (¡cómo me rejuvenece esto! ¡Ese “País” de los años 80!), y cuyos responsables creen que con “sutilezas” como ésta nos vamos a quedar todos convencidos de la bondad de la reforma laboral que nos quieren colocar los socialistas. “La reforma laboral gana adeptos“, coloca la redacción ex-pro-izquierdista como titular. Si leemos el artículo -os lo aconsejo- nos damos cuenta enseguida de que dichos “adeptos” son varios miembros del Gobierno, el gobernador del Banco de España, y el presidente del BCE, Jean Claude Trichet. En el último párrafo se especifica que el único sindicato que ha dicho algo, la UGT, se opone al contenido de la reforma laboral.

En fin, manipulación burda, de la peor especie, y con la peor de las intenciones.

Como ellos no lo quieren decir -lo dicen a píldoras- os lo digo yo: lo que pretende el Gobierno es aplicar, entre otras medidas, reducción generalizada de horarios de trabajo con reducción salarial asociada a aquélla, como en Alemania. Fabuloso, ¿verdad?

¿Por qué apenas se habla de esto en los medios de comunicación? ¿Por qué, sin embargo, se dedica tanto tiempo a comentar todo lo que hace el Ministerio de Igualdad, o a hablar del secuestro del atunero Alakrana, o a retransmitir en directo el juicio por la muerte del alcalde de Fago?

Pues por lo de siempre. Aquí están de nuevo, y como nos descuidemos nos cuelan otra “reforma laboral”.

Gorilas en la niebla

Lo resumió espléndidamente el otro día el embajador de Argentina ante la OEA: “Alguien ha abierto la jaula de los gorilas”. Se refería, cómo no, al reciente golpe de Estado que ha ocurrido en Honduras, y que en efecto ha sido llevado a cabo por el gorilismo latinoamericano de siempre, esta vez parece -¡increíble!- que sin el consentimiento de Washington.

Cuando oigo cosas del estilo “el mundo ha cambiado”, “las cosas ya no son como antes”, “en estos tiempos ya no ocurre eso”, tuerzo el gesto con incredulidad: en general, no me fío de nada y no creo ni en los marcianos, así que como mucho podría estar de acuerdo en que, temporalmente, y ya que los ciclos políticos existen, las tendencias internacionales, sociales, políticas, económicas y militares, tienen momentos mejores y peores, más o menos violentos.

Pero en esta ocasión me alegra darme cuenta de que el golpe de Estado en Honduras ha merecido descrédito y rapapolvo generalizados por parte de todos los gobiernos del mundo que se han expresado al respecto, lo cual que yo sepa (cumplo cuarenta tacos en breve) no había ocurrido nunca antes, al menos si de América Latina y el Caribe se trataba. (No me quiero poner abundante con los continentes.)

Bueno: es un cambio, desde luego. Más que un cambio, es una excelente novedad. ¿Se trata de un caso concreto y de un tiempo determinado? Puede ser, de hecho es lo más probable, pero ya veremos.

Lo que nunca cambia es que siempre hay sinvergüenzas y desahogados, a los que no les importa absolutamente nada con tal de llegar al poder, hacer de su capa un sayo, y someter a todo el mundo a su voluntad y su capricho. Me refiero a gentes como los empresarios, políticos y militares que han montado el golpe de Estado en Honduras, a la cabeza de todo lo cual está ese macaco ridículo, el tal Roberto Micheletti, o Goriletti, como lo llama Hugo Chávez. Un tipo grotesco, inmoral, un bribonzuelo sin principios ni decoro, que da vergüenza ajena, y que tiene más peligro que una piraña en un bidet.

Como de eso, por desgracia, siempre tendremos ración doble, más vale que no olvidemos que si los hondureños salen de ésta, ello es fundamentalmente porque se ha aunado la voluntad de la gente de Honduras en contra de este sapo, y porque la correlación de fuerzas en América Latina es en estos momentos desfavorable al gorilismo. Lo digo para otra.

Mientras, espero con curiosidad un poco ansiosa ver qué carita ponen esos golfos que creen que se han hecho con la poltrona en Tegucigalpa, cuando llegue la delegación de la OEA a llamarlos al orden.

Otro líder cósmico

Lo leo y no lo creo, le doy al vídeo. Sí, es cierto. Lo ha dicho. Como si fuera la Jefa del Estado de por vida, en plan monarca, Leire Pajín, la nunca suficientemente valorada en lo que (ella cree que) vale, agarra y dice esto: “Les sugiero que estén atentos al próximo acontecimiento histórico que se producirá en nuestro planeta: la coincidencia en breve de dos presidencias progresistas a ambos lados del Atlántico, la presidencia de Obama en EEUU y Zapatero presidiendo la UE”.

¿Estamos ante una nueva religión, el zapatero-obaísmo, u Obama es Dios y Zapatero su profeta?

Qué cruz de gobernantes. Se vuelven locos sin remisión a la primera de cambio. Y el detonante de casi todos los ataques de cosmicismo es la posibilidad de juntarse con el presidente de turno de los Estados Unidos.

Dan risa, pero también cabrean.

Venezuela (II)

Os dejé ayer con el anuncio de que hoy os hablaría de otras cosas relacionadas con mi reciente viaje a Güiria. Voy, pues, a cumplir con lo anunciado.

No esperéis que haga una valoración de la Revolución Bolivariana ni del futuro que le espera, porque eso no sería serio por mi parte. Oí muchas cosas y asistí a muchas conversaciones y a muchas valoraciones de Chávez y de la Revolución, hechas por personas que sí conocen bien la realidad venezolana, pero eso es todo: yo sólo estuve allí unos días. Los suficientes para darme cuenta de que la coyuntura económico-político-social de Venezuela es ciertamente compleja, pero para poco más.

Sigo siendo partidaria de Hugo Chávez, como lo era antes de llegar. Al menos, tengo claras mis preferencias. La oligarquía venezolana es una de las peores del mundo: la basura que emiten día y noche las emisoras de televisión y los periódicos que controlan los económicamente más poderosos, es verdaderamente nauseabunda. Ríete tú de Federico Jiménez Losantos. Al menos, él sólo es uno. En Venezuela, los tipos como él son legión, ¡y salen por la tele a cualquier hora del día! Difaman, asustan, molestan, disparatan, tergiversan y manipulan, sin pausa ni descanso. Comprenderéis que contemplando ese panorama, a una le den ganas de colocarse del lado de los enemigos de esos chacales, de inmediato.

Dejando claro que soy partidaria del Socialismo del Siglo XXI y de la llamada Revolución Bolivariana, es obvio -el propio Gobierno venezolano lo admite- que hay demasiada pobreza en el país (los “ranchitos” o infraviviendas afloran aún y por doquier), aún hay demasiada violencia callejera (sobre todo en Caracas y Maracaibo), queda mucho trabajo por hacer en infinidad de áreas, y la extrema desigualdad entre clases sociales sigue siendo apabullante.

Además, a mí me dio la sensación de que Chávez y su gente aún andan buscando el camino a seguir. Parece que los objetivos a alcanzar sí están claros (así quedó reflejado hace pocos años en documentos oficiales como el de las “Metas del milenio“), pero no los medios por los cuales conseguirlos.

Y eso supone, sin duda, un problema. Un problema que, imagino, el Gobierno bolivariano está intentando resolver. No es descartable que en ese proceso se cometan, y se deben haber cometido ya, muchos errores. Lo fundamental es no salirse del camino para meterse en la charca, como decía Lenin en el “¿Qué hacer?”. Esperemos que así sea: Venezuela tiene muchos frentes abiertos, pero los tiempos que nos esperan pueden suponer una oportunidad para los más desfavorecidos, no sólo en América Latina, sino en todo el mundo. Hay que estar preparados para lo que acontezca.

Dicho esto, mi experiencia personal y concreta con los venezolanos que he conocido ha sido en general muy satisfactoria. Vi ánimo por trabajar por el socialismo en el país (también vi desánimo, pero en menor medida), sentimiento de estar haciendo historia, gran orgullo patrio y tremendo cariño por Hugo Chávez. En pocas palabras, me encontré con un genuino entusiasmo por el cambio, que como no acostumbro a dar con él, me satisfizo verdaderamente. Y ojo que, aunque de todo hay, os aseguro que entre la mayoría de la gente que componía nuestra audiencia, había que buscar mucho para encontrar actitudes espurias. Era mucho más fácil toparse con el empeño auténtico por cambiar Venezuela, el continente americano, e incluso (¿y por qué no?) el mundo entero.

Ahora bien: hace mucha, pero mucha, falta educar a los venezolanos. Y no sólo educarlos políticamente, sino en todos los sentidos. Ya sabéis que la ignorancia de las clases desfavorecidas es la puerta por la que penetra la injusticia. Y hay ignorancias supinas, creedme. Me refiero a precariedad seria de conocimientos.

El Gobierno ha hecho un esfuerzo educador con las Misiones Robinsonianas, pero me temo que no es suficiente. Hay que dar un paso más allá, cuanto antes y con todos los medios al alcance.

Vaya, veo que aún me queda material para otro post. Seguiremos informando.

2 de octubre de 1968, Méjico

En julio del año pasado visité por primera vez Méjico D.F. Guardo un gran recuerdo de aquel viaje, Méjico es impactante por muchas razones. Te aturulla su enorme legado cultural, presente en cualquier esquina de la ciudad, y en cualquier cosa que hagas por allí (por allá).

Esperando a que llegara el presidente Zapatero (lo vi prácticamente como en la tele), tuve la oportunidad de charlar con las chicas de la Oficina Económica y Comercial de la Embajada de España en Méjico. Unas chicas estupendas, desde luego. Asomada a la terraza del hotel, viendo el castillo de Chapultepec, me acordé de la matanza de 1968 en la plaza de las Tres Culturas -o plaza de Tlatelolco-. Les transmití a las chicas mi horror por aquello: “Qué espanto. Es uno de los crímenes de Estado más horribles que recuerdo. ¿Qué ha pasado con los culpables?” “Nada,” me dijeron, “absolutamente nada. El único culpable de aquello que sigue vivo, Luis Echeverría, ha sido exculpado de toda implicación hace poco.”

Fue horrible, me dijeron. Se metían en los apartamentos y sacaban a rastras a los estudiantes, algunos de sólo 17 años. Los desnudaron, los torturaron y a muchos los asesinaron in situ. Antes habían disparado sobre el grupo de manifestantes. Aún no se sabe a ciencia cierta cuántos murieron en la plaza bajo los disparos de los soldados, pero la CIA anunció a su Gobierno de entonces que al menos habían caído 200 personas. Probablemente murieron más de 400.

¿Qué pedían los manifestantes? Libertad, democracia y justicia. No habían hecho nunca daño a nadie.

La historia de siempre. Recordemos a estos muchachos y estas muchachas asesinados, impunemente hasta la fecha, por el Estado mejicano.

El síndrome del tirano

Ahora los psicólogos hablan del “síndrome del tirano” o “síndrome del emperador” para referirse a un cuadro psicopatológico que se da en algunos niños y adolescentes, y que se caracteriza por una conducta violenta, despótica y desconsiderada, la falta de conciencia y de empatía -y por tanto de sentimiento de culpa-, y una egolatría desmesurada. Esta manera de ser, aseguran los especialistas, completamente insoportable y esclavizadora, no tiene fácil conversión, porque el único impulso que dirige el comportamiento de estos pequeños “tiranos” es el interés propio, el satisfacer de manera inmediata todas las necesidades, reales o ficticias, que tengan en todo momento.

Los psicólogos y psiquiatras están, en su mayoría, convencidos de que la culpa de que se dé esta conducta anormal es de los padres de estos sociópatas, que carecen de la sensatez, la firmeza y los conocimientos necesarios para no dejarse dominar por sus hijos. En pocas palabras, algunos padres crean sin querer pequeños monstruos que se acaban convirtiendo en déspotas en su propio hogar y sometiendo la voluntad de sus progenitores. Muchos de esos niños tiránicos se convierten, pasados los años, en auténticos peligros sociales de mayor o menor peligro para su ambiente, pero en todo caso con poco o ningún remedio para atajar su comportamiento patológico.

Y es que la tiranía crea adicción: no encontraréis ni un solo caso de tirano o tirana déspota y cruel que renuncie gratuita y voluntariamente a los privilegios que ha obtenido gracias a la aplicación de la política del terror. Hay que apearlos a la fuerza; no hay más remedio.

En estos días en los que el Capital estadounidense, el más poderoso y por lo tanto el más dañino del mundo, sigue desvergonzadamente -sin remordimientos- la vía de la subvención para salir del bache en el que se encuentra, nuestro tirano local también hace de las suyas. El Capital español, en esta ocasión por boca de uno de sus portavoces, Gerardo Díaz Ferrán (presidente de la CEOE), ha declarado -one more time- que hay que intentar eso de abaratar aún más los despidos.

El asunto, bien mirado, no es más que un delirio propio de quien se sabe mimado y consentido. Si no, ¿a quién en sus cabales se le ocurriría pedir facilidades para poner en la rúa a más gente, más rápido, en estos tiempos en los que cada vez está todo más caro y aún vamos a ir a peor? ¿Es que Díaz Ferrán cree que los trabajadores no nos enteramos de esas declaraciones, o es que en serio cree que nos van a parecer bien o nos van a dar igual?

Este cerebro empresarial cree que tiene derecho a venir pidiendo más caprichos, porque para eso es quien es.

No, señor, no tiene ningún derecho a lloriquear porque va a ganar menos dinero que el año pasado. Y menos aún, a solicitar que carguen con su culpa los productores, que no han hecho nada por merecerlo, y que encima están en una situación verdaderamente difícil por culpa de sus patronos.

Y aún dicen soplagaitas como un tal Pablo Casado de las Juventudes Peperianas madrileñas que no hay ningún motivo que justifique ser de izquierdas en los tiempos que corren. Bueno, en realidad ha dicho algo mucho más gilipollas, pero me da corte repetirlo. Leedlo aquí.

En fin, que los empresarios españoles y sus secuaces padecen el síndrome del tirano, y el resto somos víctimas de sus desmanes, y al mismo tiempo somos también los culpables de que sean así. Les hemos permitido absolutamente de todo durante demasiadas décadas.

Me pregunto si no será ya demasiado tarde para reconvertirlos en seres útiles para la sociedad.

Contra Sarah Palin

Os paso esto que he leído aquí:

“Dos mujeres neoyorquinas estaban tan convencidas de que votar a Palin es una mala elección, que crearon un blog llamado “Mujeres Contra Sarah Palin” y ahora utilizan esa vía para dar a conocer correos electrónicos de mujeres que les escriben desde todas partes de los EEUU, y que creen que Palin es una mala elección para ser Vicepresidenta y una mala elección para las mujeres americanas.

“Nos pareció que la elección de McCain fue ésa para intentar atraer automáticamente el voto de las mujeres, y esa asunción nos resultó insultante para nuestra inteligencia, como mujeres votantes en los Estados Unidos,” declara Lyra Kilston, editora de una revista de arte, neoyorquina de 31 años, que colaboró en la creación del blog.”

La verdad es que estoy de acuerdo en que Sarah Palin es un estafermo, políticamente hablando, y todo un peligro para la humanidad. Pero, lo siento, no encuentro que sea ni más ni menos peligrosa que cualquier otro elemento que se presente a la Casa Blanca por parte de cualesquiera de los dos partidos estadounidenses con opción a ganar las elecciones.

¡Y mucho menos me parece que Palin sea más peligrosa en concreto para las mujeres que para los hombres! Es peligrosa para todo el mundo: ella, Bush, McCain, el Capital estadounidense y todo el tinglado imperialista, lo son. Sin duda, pero sin distinciones sexuales ni hacia ella ni hacia sus víctimas.

¿Que McCain cree que colocando a esta mujer de segunda -de SEGUNDA, claro- obtendrá más votos por parte de las mujeres con derecho a voto? Puede ser. ¿Que eso le resulte insultante a algunas mujeres de los EE.UU.? Bueno, me parece bien.

Pero entonces, que monten un blog que se llame “Mujeres Contra McCain, el Partido Republicano, y La Madre que Los Parió”. Y todos contentos menos los que no se lo merecen.