Prohibido borbonear

Os imagino al tanto de la reciente actividad política de Juan Carlos de Borbón: La semana pasada se hizo público que el jefe del Estado español se está dedicando últimamente a sugerir u ordenar (o lo que sea) a los sindicatos y partidos mayoritarios, y a la patronal, que se pongan de acuerdo para que no haya discrepancias políticas ni económicas entre ellos, al menos hasta que la crisis se modere. Para ello, está citando a los responsables de estos contubernios a su regia residencia, y no permite que el contenido real (el de verdad, quiero decir) de las conversaciones se haga público.

Es una noticia inquietante que no debe dejarnos indiferentes a muchos, a los revoltosos. A los rebeldes, como decía Arturo Barea, nos debe poner en guardia que Juan Carlos Borbón, que suele pasar inadvertido cuando de política de verdad se trata, sea noticia por citar a políticos y sindicalistas en la Zarzuela, para hablar con ellos de nada menos que un pacto político a gran escala.

Hay varios aspectos reseñables en este asunto, vamos por partes.

En primer lugar, cabe la duda de quién es el autor de la iniciativa, si el Gobierno o el propio rey. Si hubiera sido el Gobierno, con ser ésta una patochada, esto no sería algo demasiado trascendente. Cabría preguntarse, eso sí, cómo sería posible que un Gobierno con tanta experiencia tuviera que recurrir al jefe del Estado para tratar de convencer a los sindicatos, a los otros partidos y a la CEOE, de que pacten con el PSOE, como si al presidente Zapatero no le hiciera caso nadie y en su lugar se tuviera que llamar a alguien de renombre que lo representase. Ridículo, ¿verdad? La crítica al PSOE resulta tan obvia, que no puedo creer que la iniciativa haya partido del Gobierno. Sólo queda, pues, otra opción, la peor: creo que ha sido el propio rey el que ha decidido dar un paso al frente y hacer uso de sus presuntos poder e influencia sobre los líderes políticos y económicos españoles, para convencerlos de lo que él cree que deben hacer, llegar a un pacto de no agresión, acabar con las discrepancias y con las discusiones, calmar los ánimos al personal y evitar algarabías. Creo que lo ha hecho, además, porque no quiere acabar como su abuelo Alfonso XIII, expulsado por la gente, harta de su degeneración, de su desconsideración y de su elitismo abusón.

En segundo lugar, esta iniciativa juancarlista me parece mala, muy mala, y muy peligrosa. Por varias razones: (1) el rey no puede intervenir de ese modo en la política de este país, nadie le ha dado tal poder e incluso todos entendemos que, si se tolera eso de la monarquía, es porque el monarca no hace estas cosas; ¿cómo es posible que no haya manera de frenar estos impulsos absolutistas? ¿Qué demontres ha entendido este hombre que pinta?; (2) aunque J.C. pudiera permitirse el lujo de tomar “el timón de la patria”, esto que pretende el rey, un pacto de no agresión entre los representantes del pueblo soberano, es una auténtica barbaridad, un inaudito ejercicio de falta de respeto a la democracia y al poder popular; ¡sólo faltaba que quedaran en que ninguno de los partidos o sindicatos va a protestar, por muchas reformas laborales que se hagan y por mucho que nos bajen los sueldos, o lo que quiera que ocurra o pueda ocurrir en el futuro! ¿Otro Pacto de La Moncloa? Qué indigno sería que nos tomasen el pelo otra vez de esa manera; y (3) si el rey se ha animado a esto, ¡es porque cree que le van a hacer caso! Una trágica muestra de servil devoción al amo, si J.C. está en lo cierto. Pero si no lo está, ¿por qué cree que todo el mundo va a plegarse a sus caprichos y preferencias? Es fácil: porque está muy mal acostumbrado, muy mal. Hay que dejar de mimar a este señor. Éste es un buen momento para ello, a ver si nos animamos.

Estos intentos de Borbón por salirse con la suya pueden ser exitosos, aunque será prácticamente imposible demostrar, a corto plazo, que el presunto y futuro pacto entre todos estos malos elementos (PSOE, PP, CCOO, UGT y CEOE) obedece a la intercesión del rey. Si es así, y se llega a algún pacto, al menos espero que los trabajadores mandemos a todos estos señoritos a donde merecen estar: en el puto PARO.

Si la cosa les sale mal, y no hay ningún pacto, ¿será posible que la gente sea consciente de qué tipo de representantes, dirigentes y aspirantes a serlo, tenemos en España? Dad un repaso al PSOE, al PP (estos dos, en todas sus modalidades) y a los sindicatos (¿habéis visto lo que dijo Fidalgo?), y echad cuentas. Después podéis mirar a la basura de las televisiones, periódicos, webs y radios ultraderechistas, y a la Iglesia y a la Patronal.

Para echarse a temblar.

Con este panorama, sólo nos faltaba este monarca rencoroso metiendo la zarpa.

4 comentarios ↓

#1 Ángel on 02.19.10 at 7:58 pm

Parece que no le basta con estar forrado, llevárselo crudo, no dar ni palo y vivir del cuento. Pobre.

#2 Belén on 02.19.10 at 8:40 pm

¿Verdad? Es curioso cómo le mola el rollo monarcal. Misterios de la psique.

#3 Javier on 12.24.12 at 7:09 pm

Julia,acho que e9 um misto de coisas, que ve3o aajudr:Cases de sucesso;Aperfeie7oamento do nosso discurso ( o livro ajuda aqui);Crises que ne3o tere3o solue7e3o a ne3o ser com colaborae7e3o;Formae7e3o na pf3s, nos mbas, mais livros, mais gente falando, HSM, c9poca Negf3cios;Novos ledderes chegando e assumindo fune7f5es com outras cabee7as;Gerae7e3o Y querendo um ambiente mais aberto para trabalhar.Tudo isso vai formar um caldo de cultura que vai facilitar o trabalho, mas vai demorar, sim.Ainda mais no Brasil que e9 um paeds muito autorite1rio e avesso e0 mudane7a, bastalembrar que fomos os faltimos a acabar com a escravide3o.O que je1 demonstra muita coisa na roda da inovae7e3o,concordas?bjs, valeu comente1rio;

#4 Emil on 12.25.12 at 7:53 am

Je1 imaginei uma coisa bem muacla imagina se todo o povo desempregado, sem teto, sem terra, misere1vel fosse para o congresso e le1 acampar? Pegar um caminhe3o de mendigos e colocar na porta das prefeituras por exemplo. Pq nf3s somos incomodados por pessoas q pedem esmolas e ng vai incomodar quem te1 le1 no poder? Pq brasileiro e9 um povo acomodado!

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