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Al Qaeda de Móstoles

En general, la falta de rigor en el periodismo español es abrumadora. Se da tanto el hablar sin ton ni son, dando por cierto lo que no es más que una posibilidad (en muchas ocasiones ridícula) que a veces hasta pasa inadvertida la ausencia de verdad, de precisión y/o de propiedad, en las noticias que se escuchan y leen.

El otro día se volvió a condenar a la picota -one more time! Y van…- a un individuo que no había hecho nada más que intentar salvar la vida a la hija de su novia. ¿Cuándo aprenderán? Nunca, por supuesto.

El festival de chorradas de hoy ha tenido lugar a cuenta del presunto secuestro de tres personas españolas en Mauritania. En minutos se ha desencadenado la furia informativa: que si estos tres señores estaban “cooperando” en Mauritania. Vale. Que si los han secuestrado “la facción magrebí de Al Qaeda” (qué cosa tan pintoresca, esto de Al Qaeda; tiene peñas por doquier, como el Madrid). Que si la facción magrebí tiene particular odio por los españoles. Que si esta facción tiene una productora de vídeos propagandísticos (¡sí! ¡Como el PP!), que se llama “Al Ándalus” (”de ahí se deduce lo de la fijación con los españoles…” ¿?)… Alucinógeno.

A eso de las dos de la tarde, el bucle ya entraba en las implicaciones y relaciones entre este presunto secuestro de alqaedistas magrebíes con odio a España, y el del atunero Alakrana.

A las tres, ya había un abultado debate sobre si se debía pagar el rescate a los alqaedistas magrebíes, etc.

A estas horas (las 5  y media de la tarde), ningún alqaedista, etc., ha dicho ni pío ni se sabe nada de ningún rescate.

Es como el sketch de la empanadilla, la Encarna, el niño, Móstoles, la mili…

Qué desmierde de información recibimos. 

Mañana podríamos hablar, si queréis, de Mauritania, de su presidente (el tipo al que se le ha ocurrido en primer lugar lo de Al Qaeda sector Magreb), y de la oscura relación que el Gobierno español tiene con él.

El editorial rebelde

Ayer, doce diarios catalanes decidieron publicar un editorial conjunto titulado “La dignidad de Catalunya“. No es largo, si no lo habéis leído os recomiendo que lo hagáis.

En él se expresa la preocupación de buena parte de la sociedad catalana acerca de la amenaza de que el Tribunal Constitucional (diez personas fuertemente tendenciosas, al fin y al cabo) pueda modificar en breve una parte fundamental del Estatuto de Cataluña, “promulgado el 20 de julio del 2006 por el jefe del Estado, rey Juan Carlos, con el siguiente encabezamiento: “Sabed: Que las Cortes Generales han aprobado, los ciudadanos de Catalunya han ratificado en referéndum y Yo vengo en sancionar la siguiente ley orgánica”.”

Estoy absolutamente de acuerdo con todo lo que se expresa en este editorial, de principio a fin. Es cierto que el TC se ha convertido en una especie de cuarta cámara de decisiones, ¡la última en tomarlas, tras el soberano pueblo y las Cortes elegidas por él! Es cierto, además, que el TC no es un órgano democrático, porque no es elegido directamente por el pueblo, sino por los partidos mayoritarios, que además en ocasiones -como la que nos ocupa- no llegan a ningún acuerdo entre sí, lo cual hace que cuatro de los 10 magistrados que ocupan actualmente los tronos del TC estén ejerciendo este cargo tras el vencimiento de su mandato.

Si nos parece que los parlamentos españoles hacen lo que les da la gana con el voto de la gente, ¿qué puede parecernos un tribunal elegido por los partidos políticos mayoritarios? ¿Y un tribunal no elegido siquiera por éstos, sino mantenido en gran parte en el cargo por desavenencias entre los intereses partidistas del PSOE y del PP?

No es posible que un conjunto de magistrados tan reducido y tan tendencioso tengan posibilidad de transformar una ley refrendada por el pueblo catalán y por su Parlamento.

Este editorial ha conseguido su objetivo al menos con una persona: conmigo. Al leer la frase: “Hay preocupación en Catalunya y es preciso que toda España lo sepa”, me di por enterada de algo que en verdad no había podido saber con anterioridad, porque no vivo en Cataluña y los catalanes con los que me relaciono no me habían transmitido esta preocupación.

En todo caso, creo y siempre he creído que el Tribunal Constitucional no es más que otro artífice del poder eterno para contravenir los deseos del soberano pueblo, cuando -muy raramente- puedan incomodar a alguno de los estamentos que siempre han gobernado este país, y tantos otros. De modo que enhorabuena por el editorial.

¿Aires de cambio en la prensa madrileña?

Ayer por la tarde tuve que hacer tiempo por ahí, y como hacía frío me refugié en un bar. No tenía nada que leer, así que eché mano a los dos periódicos que tenían a disposición de la parroquia, “El Mundo” y “El País”. Hacía tiempo, un par de meses tal vez, que no tenía ocasión de dedicarme con tanta tranquilidad a la lectura de la prensa española. El resultado de este ejercicio fue agridulce, pero con importantes novedades respecto a los últimos años.

Vamos en primer lugar con “El Mundo”: hace tiempo que se rumorea que este diario ha encontrado una vía por la que cambiar paulatinamente sus posturas editoriales, tan radicalmente conspiranoicas, por otras más a gusto del Gobierno de España. No he dado crédito a esa posibilidad hasta ayer, y os explicaré por qué ahora sí creo posible que “El Mundo” esté opositando a vocero del PSOE, al menos en parte. En primer lugar, la portada de ayer era digna de un periódico más o menos serio, lo que supone un cambio importante respecto a las miles de portadas que hemos visto los últimos años, de las que, si no comprabas el diario todos los días, lo más probable es que no extrajeras ninguna información (los titulares parecían un culebrón). En la edición de ayer, sin embargo, aparecían en portada al menos cuatro noticias de calado e interés, tratadas sin histeria conspiranoica. Me resultó llamativo ver cómo el tratamiento de noticias sobre corrupción en las que están implicados algunos miembros del Partido Popular no destilaba ese añejo tufo propagandístico a favor del partido derechista español. Tampoco es que lo atacasen, pero ya es un cambio. Y, por último, en uno de los editoriales que “El Mundo” publicó ayer, se defendía tímidamente al Gobierno español de las acusaciones de los marineros vascos del Alakrana. Sí, es posible que esa defensa sea más un meterse con unos presuntos nacionalistas vascos, pero… es otra novedad, no cabe duda. En tiempos, tal vez habrían preferido obviar el comentario. Por supuesto, el aire general del periódico es rancio y derechista, pero ahora resulta algo menos desagradable.

En cuanto a “El País”, ayer lo noté menos burdo en sus ataques al Gobierno, que últimamente parecían proceder de un montón de niños enrabietados con sus profesores, porque no les dejan hacer lo que les apetece.

En ambos casos, la lectura de los periódicos apenas me provocó gruñidos de indignación, e incluso logré obtener bastante información de aquéllos. Eso sí: en ninguna parte se hablaba de la reforma laboral que está tramando el Gobierno. Por supuesto, no espero que haya -de momento- ningún periódico de izquierdas. Hay que conformarse con los flecos que aún le quedan a “Público”, que cada vez son menos, y que terminarán por desaparecer. Pero a eso ya estoy hecha.

Si “El Mundo” se acerca al Gobierno lo suficiente como para convertirse en el periódico de referencia de sus simpatizantes -otras cosas más raras se han visto-, ¿en qué situación se queda el diario “Público”? ¿Será el chico de los recados? Puede ser, por qué no.

En cuanto a “El País”, no descartemos nada, porque todo es posible.

Bueno, la cosa parece animarse.

Ya hablaremos del editorial que han publicado hoy varios periódicos catalanes: os adelanto que me parece correcto, y como iniciativa bastante original. A lo mejor es la desesperación, la que aviva el ingenio.

Reforma laboral XXV

Id echando un vistazo a los planes de ZP para hacernos la vida más difícil en breve. Podéis para ello hacer uso del periódico “Público”, que está como se sabe al servicio absoluto del Gobierno (¡cómo me rejuvenece esto! ¡Ese “País” de los años 80!), y cuyos responsables creen que con “sutilezas” como ésta nos vamos a quedar todos convencidos de la bondad de la reforma laboral que nos quieren colocar los socialistas. “La reforma laboral gana adeptos“, coloca la redacción ex-pro-izquierdista como titular. Si leemos el artículo -os lo aconsejo- nos damos cuenta enseguida de que dichos “adeptos” son varios miembros del Gobierno, el gobernador del Banco de España, y el presidente del BCE, Jean Claude Trichet. En el último párrafo se especifica que el único sindicato que ha dicho algo, la UGT, se opone al contenido de la reforma laboral.

En fin, manipulación burda, de la peor especie, y con la peor de las intenciones.

Como ellos no lo quieren decir -lo dicen a píldoras- os lo digo yo: lo que pretende el Gobierno es aplicar, entre otras medidas, reducción generalizada de horarios de trabajo con reducción salarial asociada a aquélla, como en Alemania. Fabuloso, ¿verdad?

¿Por qué apenas se habla de esto en los medios de comunicación? ¿Por qué, sin embargo, se dedica tanto tiempo a comentar todo lo que hace el Ministerio de Igualdad, o a hablar del secuestro del atunero Alakrana, o a retransmitir en directo el juicio por la muerte del alcalde de Fago?

Pues por lo de siempre. Aquí están de nuevo, y como nos descuidemos nos cuelan otra “reforma laboral”.

Lo sabía

Hala, ya han echado a Reig de “Público”. Con esta limpia, creo que este periodiquito ya puede hacer de vocero del Gobierno.

Lo dije,  lo sabía. Me dijisteis de todo, algunos con muy mala leche. 

Otros muchos estaban ya entonces de acuerdo conmigo. Enhorabuena a los premiados.

Otro líder cósmico

Lo leo y no lo creo, le doy al vídeo. Sí, es cierto. Lo ha dicho. Como si fuera la Jefa del Estado de por vida, en plan monarca, Leire Pajín, la nunca suficientemente valorada en lo que (ella cree que) vale, agarra y dice esto: “Les sugiero que estén atentos al próximo acontecimiento histórico que se producirá en nuestro planeta: la coincidencia en breve de dos presidencias progresistas a ambos lados del Atlántico, la presidencia de Obama en EEUU y Zapatero presidiendo la UE”.

¿Estamos ante una nueva religión, el zapatero-obaísmo, u Obama es Dios y Zapatero su profeta?

Qué cruz de gobernantes. Se vuelven locos sin remisión a la primera de cambio. Y el detonante de casi todos los ataques de cosmicismo es la posibilidad de juntarse con el presidente de turno de los Estados Unidos.

Dan risa, pero también cabrean.

Hasta siempre, Escolar

Es posible que hasta aquí, hasta hoy, haya llegado la aventura “izquierdista” del diario “Público”. Ignacio Escolar ha anunciado esta mañana en su blog que ha cesado como director del periódico, y que sus jefes lo han sustituido por un tal Félix Monteira, otro más de los recientes rebotados de “El País”. Monteira se quedó sin trabajo hace una semana nada más (lo habían enviado a Galicia, pidió la vuelta a Madrid y le dijeron que nones, así que se despidió de Prisa), y ya está colocado al frente del diario de Roures y Mediapro.

Esto nos lo temíamos algunos desde hace mucho. Concretamente, yo desde hace casi un año, cuando Ernesto Ekáizer -otro ex-Priso- desembarcó en la redacción de “Público” con un extraño puesto de trabajo, que le otorgaba nebulosas prebendas y aparentemente lo colocaba en una situación privilegiada en lo referente a la línea ideológica del periódico. El experimento Ekáizer sólo duró ocho meses y no fue precisamente un éxito. 

Sin embargo, se ve que la intención de Roures seguía siendo la de sustituir a Escolar por alguien más “moderado”, les gustará decir a ellos. Por alguien más derechista, me gusta decir a mí. Y en cuanto se ha quedado libre un periodista de Prisa con el perfil deseado, no lo han dudado. Han despedido a Ignacio Escolar fulminantemente.

Lo siento de verdad, y sé que somos muchos los que opinamos lo mismo. No sé si seguiré comprando “Público”, tal vez lo haga al menos de vez en cuando y por el momento. Lo cierto es que no espero nada bueno del futuro inmediato de esta publicación, y menos aún de un futuro más lejano.

En cuanto a Escolar, le deseo lo mejor y confío en que volverá a encontrar el lugar que se merece en la prensa española.

La salida de Ekaizer

Ocho meses ha durado la protosatrapía de Ernesto Ekaizer en el diario “Público”: Algunos recordaréis el mal presagio que me inspiró su llegada. Yo recuerdo el disgusto que me costó mi ignorancia y mi inocencia, al publicar con sinceridad lo que pensaba del caso en donde por lo visto no se me quería ni ver, aunque yo no lo supiera (idiota que es una). En fin, pelillos a la mar, no me apetece recordar ciertas cosas más de lo estrictamente necesario, ni es mi intención engordar más aún el Ego de C.P. a mi costa.

Pero vayamos a lo que realmente interesa. Es obvio que Jaume Roures se equivocó contratando a Ekaizer, se equivocó gravemente y que su llegada supuso un disgusto para la plantilla, o para parte de ella.

Del mismo modo que el 23 de enero me preocupaba por Ignacio Escolar, hoy me alegro por él y por el resto de la redacción, y como entonces me disgustaba la perspectiva de que “Público” se derechizase -como lectora-, hoy me satisface pensar que Escolar siga siendo de verdad el director del periódico, porque casi siempre estoy de acuerdo con lo que escribe en su blog.

Además, seguro que mi ya casi amigo internáutico Rafael Reig, siempre tan brillante y tan inteligente, a menudo admirable y con frecuencia divertido, seguirá colaborando en el periódico tan bien como lo está haciendo hasta ahora. Y eso también contribuirá en el futuro a que yo pase ratos agradables y satisfactorios.

Todo lo cual redunda en mi bienestar espiritual, que para mí es importante.

Lumpenjusticia

Zapeando ayer por la tarde me encontré en un programa de la tele a un hombre iracundo, sacado de sus casillas, obviamente perturbado y con un evidente y grave trastorno (tal vez pasajero) en la personalidad. Hablaba mordiendo las palabras, con una ira indisimulada que me dejó perpleja, soltando venablos y exabruptos a diestro y siniestro y amenazando con atentar contra su integridad física si no se satisfacían sus reivindicaciones. Tenía aspecto de persona humilde que no había tenido una vida demasiado confortable ni acceso a la cultura o la educación académica, pero eso no le impedía explicarse magníficamente. Se le entendía todo y no había lugar a dudas: estaba plenamente convencido de tener razón en todo lo que decía.

Yo no sabía quién era, pero sentí mucha curiosidad por saber qué le pasaba, por qué se comportaba de ese modo y por qué se creía tan puesto en razón. Enseguida até cabos: ese hombre era el abuelo de aquella niña a la que violó y asesinó un energúmeno que estaba en la calle y no en la cárcel a causa del descojone reinante en cierto juzgado andaluz, el que, ya sabéis, preside un juez apellidado Tirado al que sus compañeros jueces acaban de imponerle por ello una multa de 1.500 euros, lo que a la familia de la víctima le parece inaceptable poca cosa.

La exaltación del abuelo de una niña asesinada en tales circunstancias no es noticia. Ni siquiera es de extrañar, es entendible y es disculpable. A muchas personas que en general están en sus cabales, si viven estas circunstancias se les cruzan los cables. A veces cometen actos terribles, enloquecidos por el dolor y la rabia, y a la desgracia inicial con frecuencia hay que sumar las desdichas provocadas por la primera.

El Estado -en sus diversas formas: municipal, autonómica, central, etc.- está obligado a colaborar a la recuperación espiritual de los familiares de las personas que mueren o son obligadas a pasar por terribles experiencias como la violación o el secuestro. Pero no queda ahí la obligación estatal: también hay el deber de que no se contagie a la sociedad el odio y la sed de venganza que sienten los familiares de las víctimas, cuando no tienen asistencia psicológica que les ayude a superar el trance de la mejor manera.

Lejos de todo eso, el Gobierno y el PP aprovechan para intentar sacar partido de la situación, poniéndose públicamente de parte de los exasperados familiares de la niña asesinada, y tomando también partido en contra de la multa a la que se ha condenado -antes de recurso- al juez Tirado, por las mismas razones que esgrimía el abuelo ayer en la tele.

Esta cruzada vengativa no puede ser oficial. ¿O es que el espíritu de la Justicia la va a fijar el lumpenproletariado, esa gente a la que le encanta insultar a los encausados a las puertas de los juzgados? No es posible: mesura, vamos a ver si nos centramos.

Ayer, ese abuelo rabioso amenazaba con quitarse la vida si no se le hace caso. Responsabilizaba a José Luis R. Zapatero y a Rajoy, entre otros, de lo que le pueda pasar.

Me pregunto si no tiene razón al asignar responsabilidades de su posible muerte: hay ciertas cosas con las que no hay que jugar, y es evidente que a este hombre le han seguido el juego esos dos responsables o irresponsables políticos, con los oscuros propósitos ya explicados. Una prueba de lo dicho es que ninguno de estos dos elementos se ha posicionado en contra de las acciones de este otro juez, por ejemplo.

De la colaboración de cierta prensa en este feo asunto, mejor no hablo. Que me enciendo.

Presunto rapapolvo, o más de lo mismo

Miguel Ángel Fernández Ordónez, el gobernador del Banco de España, declaró ayer en un acto organizado por la Cámara de Comercio Estadounidense en España que en el último año “los beneficios empresariales han presionado más sobre la inflación que los salarios”.

¿Habéis leído bien? Sí, habéis leído bien.

Tal vez supongáis que Fernández Ordóñez extrajo alguna conclusión de lo dicho, y que como suele, aconsejó en ese sentido a los empresarios españoles: moderen los beneficios empresariales, por favor, ya ven a qué inflación nos está llevando su infinita sed de ganancias.

Pues no.

Tienen la culpa ellos, pero lo pagamos nosotros. Lo que se le ocurre al gobernador del Banco de España es pedir, también a los empresarios, que “moderen los salarios” de los trabajadores, incluso que eliminen la cláusula de revisión salarial de los convenios colectivos. Coño, como si hiciera falta pedírselo.

¡En manos de qué gentuza estamos, hermanos! ¿Y cómo es que tragamos con este atropello tan descarado? Tal vez porque se nos ocultan las informaciones, o se manipulan para convertirlas en otra cosa completamente distinta.

Veréis. Es curioso, pero en “Público” opinan que Fernández Ordóñez echó ”un rapapolvo a las empresas”. Fijaos en la portada de hoy, toda en colorado. “Público” es el único medio que habla hoy de que el Banco de España también pidió a través de su gobernador, al tiempo que bajada salarial, moderación en los beneficios empresariales. Sin embargo, en el ABC no dicen nada de eso, ni en El Mundo, ni en El País, ni en El Periódico, ni en Expansión, ni en La Nueva España (que trae un amplísimo artículo al respecto), ni aquí, ni en ningún sitio que haya visitado esta mañana.

Yo no estuve ayer en el acto en el que Miguel Ángel Fernández Ordóñez pudo haberle echado un rapapolvo a las empresas españolas, pero conociendo el percal, y comprobando que ningún otro medio se hace eco de que el gobernador del Banco de España pidió a las empresas españolas que se moderen en la obtención de beneficios, y dándome cuenta de que esto último habría supuesto una noticia destacable, cabe preguntarse por qué Público saca la portada que saca hoy.

Pensad lo que queráis, pero a mí me suena mal, y no me gusta.