Una destitución gratuita y un veto de propina

He decidido someter a mis meninges a una cura espiritual. Las pobres se estaban quedando baldías últimamente, por culpa de cierta programación televisiva vespertina, que no merece la pena ni siquiera mencionar en esta página. El tratamiento que me he impuesto está dando muy buenos frutos (y algún efecto secundario inesperado). Se trata de someterme a maratones de viejos sketches de los Monty Python, lo que me produce un excelente estado de ánimo y además colabora a poner en forma mi inglés notablemente.

Esta noche he soñado algo fabuloso. Yo participaba en un sketch del Monty Python’s Flying Circus, que consistía en representar un concurso televisivo presentado por John Cleese, y en el que yo aparentaba ser una concursante. Como tal, obtenía el primer premio: A free resignation! Es decir, una destitución gratuita -y libre-. Me explico: se me daba la posibilidad de forzar a algún cargo público a dimitir. Un gran premio, ¿a que sí? Ganaba también un áccesit: A free rejection! O sea, también se me otorgaba el privilegio de evitar que alguien accediera a un puesto público. Muy bueno también, y con grandes posibilidades si lo combinaba con el premio principal.

He estado pensando en utilizarlo con Esperanza Aguirre y con quienquiera de su PPartido que se ofreciera a sustituirla, pero enseguida me he dado cuenta de que en realidad así desperdiciaría tontamente mi premio soñado.

Un compañero me ha ofrecido otra interesante posibilidad. ¿Os animáis a darme ideas?

En fin, Burma!

(Lemon curry?)

Aznar vs Cobra

Me hallo en el más amargo de los cabreos, una vez más por culpa de una (otra) injusticia a la que estoy asistiendo estos días.

El otro día, cuando José María Aznar perdió los papeles en la Universidad de Oviedo, a la que fue invitado para poder insultar y crispar cobrando, muchos nos regocijamos al ver cuál es su verdadera condición: la zafiedad, el desdén y el odio que presentíamos que le eran abundantes, quedaron magníficamente retratados en la fotografía que lo mostraba como lo que es, un macarra de cuello duro, un señorito de pan pingrao venido a más, un maleducado encantado de haberse conocido. Un perdonavidas repelente que no tiene siquiera capacidad, ni templanza, para enfrentarse con dignidad a la crítica y al insulto -bien merecido en este caso, por cierto- que a todos los que han estado -o están y estarán- en el puesto de presidente de un gobierno, les cae antes o después.

Este deslenguado flojo de mollera se ha comportado como Sarkozy, como Berlusconi… Se está poniendo de moda en Europa la chulería de los altos cargos, el desprecio y el insulto al votante, al contribuyente y al peatón, por parte de gentes que no pueden permitirse mostrarse en público como son, que no pueden comportarse como chulos carcelarios, aunque lo sean en privado. No pueden, porque lo mínimo que se les pide al aceptar el puesto es que guarden las formas públicamente.

Si se cabrean, que se fastidien y se contengan. En caso contrario, que se predispongan a aguantar más críticas. Va en el cargo, qué quieren.

Pues bien: hay sujetos que han defendido esta ordinariez, que -es más- defienden al propio Aznar de los gritos y acusaciones -bien fundadas- que tuvo que escuchar. “Pobre hombre”, dicen. ¡En serio!

Esos mismos energúmenos, porque hace falta ser un energúmeno para defender a Aznar, a su gestión pasada, y a sus barbaridades presentes, fingen auténtica indignación cuando se les habla de John Cobra, un pobre desgraciado, carne de presidio, que reaccionó como un animal salvaje enjaulado -más o menos lo que es él- cuando el público del programa de TVE en el que actuó lo abucheó.

Claro, no es lo mismo un lumpenproletario como el tal Cobra -un don nadie, un mierdecilla cuya única actividad política consiste en salir ocasionalmente a la calle a vocear consignas fachas-, que un señor político, un ex presidente del Gobierno español, Aznar.

Claro que no es lo mismo, por supuesto que no lo es.

Lo de Aznar es mucho peor, ya está bien. Y es mucho más fácil meterse con el valenciano metido a mal cantante, un desgraciado que de hecho ha sido abucheado el único día de su vida en el que posiblemente sintiera que estaba haciendo algo que le hacía enorgullecerse de sí mismo. Mucho más fácil, dónde va a parar, que meterse con Aznar. Y mucho más rastrero.

¿Verdad, desvergonzados/as? Qué asco de gente, oigan.

Lo que es a mí, si esto fuera un concurso de indeseables, ten points for Aznar, dix points pour Aznar.

Prohibido borbonear

Os imagino al tanto de la reciente actividad política de Juan Carlos de Borbón: La semana pasada se hizo público que el jefe del Estado español se está dedicando últimamente a sugerir u ordenar (o lo que sea) a los sindicatos y partidos mayoritarios, y a la patronal, que se pongan de acuerdo para que no haya discrepancias políticas ni económicas entre ellos, al menos hasta que la crisis se modere. Para ello, está citando a los responsables de estos contubernios a su regia residencia, y no permite que el contenido real (el de verdad, quiero decir) de las conversaciones se haga público.

Es una noticia inquietante que no debe dejarnos indiferentes a muchos, a los revoltosos. A los rebeldes, como decía Arturo Barea, nos debe poner en guardia que Juan Carlos Borbón, que suele pasar inadvertido cuando de política de verdad se trata, sea noticia por citar a políticos y sindicalistas en la Zarzuela, para hablar con ellos de nada menos que un pacto político a gran escala.

Hay varios aspectos reseñables en este asunto, vamos por partes.

En primer lugar, cabe la duda de quién es el autor de la iniciativa, si el Gobierno o el propio rey. Si hubiera sido el Gobierno, con ser ésta una patochada, esto no sería algo demasiado trascendente. Cabría preguntarse, eso sí, cómo sería posible que un Gobierno con tanta experiencia tuviera que recurrir al jefe del Estado para tratar de convencer a los sindicatos, a los otros partidos y a la CEOE, de que pacten con el PSOE, como si al presidente Zapatero no le hiciera caso nadie y en su lugar se tuviera que llamar a alguien de renombre que lo representase. Ridículo, ¿verdad? La crítica al PSOE resulta tan obvia, que no puedo creer que la iniciativa haya partido del Gobierno. Sólo queda, pues, otra opción, la peor: creo que ha sido el propio rey el que ha decidido dar un paso al frente y hacer uso de sus presuntos poder e influencia sobre los líderes políticos y económicos españoles, para convencerlos de lo que él cree que deben hacer, llegar a un pacto de no agresión, acabar con las discrepancias y con las discusiones, calmar los ánimos al personal y evitar algarabías. Creo que lo ha hecho, además, porque no quiere acabar como su abuelo Alfonso XIII, expulsado por la gente, harta de su degeneración, de su desconsideración y de su elitismo abusón.

En segundo lugar, esta iniciativa juancarlista me parece mala, muy mala, y muy peligrosa. Por varias razones: (1) el rey no puede intervenir de ese modo en la política de este país, nadie le ha dado tal poder e incluso todos entendemos que, si se tolera eso de la monarquía, es porque el monarca no hace estas cosas; ¿cómo es posible que no haya manera de frenar estos impulsos absolutistas? ¿Qué demontres ha entendido este hombre que pinta?; (2) aunque J.C. pudiera permitirse el lujo de tomar “el timón de la patria”, esto que pretende el rey, un pacto de no agresión entre los representantes del pueblo soberano, es una auténtica barbaridad, un inaudito ejercicio de falta de respeto a la democracia y al poder popular; ¡sólo faltaba que quedaran en que ninguno de los partidos o sindicatos va a protestar, por muchas reformas laborales que se hagan y por mucho que nos bajen los sueldos, o lo que quiera que ocurra o pueda ocurrir en el futuro! ¿Otro Pacto de La Moncloa? Qué indigno sería que nos tomasen el pelo otra vez de esa manera; y (3) si el rey se ha animado a esto, ¡es porque cree que le van a hacer caso! Una trágica muestra de servil devoción al amo, si J.C. está en lo cierto. Pero si no lo está, ¿por qué cree que todo el mundo va a plegarse a sus caprichos y preferencias? Es fácil: porque está muy mal acostumbrado, muy mal. Hay que dejar de mimar a este señor. Éste es un buen momento para ello, a ver si nos animamos.

Estos intentos de Borbón por salirse con la suya pueden ser exitosos, aunque será prácticamente imposible demostrar, a corto plazo, que el presunto y futuro pacto entre todos estos malos elementos (PSOE, PP, CCOO, UGT y CEOE) obedece a la intercesión del rey. Si es así, y se llega a algún pacto, al menos espero que los trabajadores mandemos a todos estos señoritos a donde merecen estar: en el puto PARO.

Si la cosa les sale mal, y no hay ningún pacto, ¿será posible que la gente sea consciente de qué tipo de representantes, dirigentes y aspirantes a serlo, tenemos en España? Dad un repaso al PSOE, al PP (estos dos, en todas sus modalidades) y a los sindicatos (¿habéis visto lo que dijo Fidalgo?), y echad cuentas. Después podéis mirar a la basura de las televisiones, periódicos, webs y radios ultraderechistas, y a la Iglesia y a la Patronal.

Para echarse a temblar.

Con este panorama, sólo nos faltaba este monarca rencoroso metiendo la zarpa.

70.881

Desde el 11 de febrero de 2008, hace algo más de dos años, se han producido 70.881 visitas a este blog.

Quiero dejar constancia de ello, porque voy a retirar provisionalmente el contador de visitas, a ver si así consigo que Google deje de censurarme cuando en una búsqueda aparece el enlace a mi portal.

Después volveré a instalarlo y comenzaremos de nuevo.

Tengo muchísimas cosas que contar, y empezaré a hacerlo en breve. Hasta entonces, besos y abrazos.

Jazzy

Carolina y Manolo, entonces amigos (y aún lo son, aunque no los vea) me llamaron para decirme que habían encontrado un gatito en una zanja, y que estaban buscando para él un hogar. Me hizo mucha ilusión la noticia, porque yo tenía muchas ganas de tener un animalito en casa (desde la muerte de nuestro perro Penny), pero tenía que pedir permiso a Ángel para aceptar su custodia. Ángel al principio se mostró escéptico, pero al ver al pequeño gatito, de orejas enormes, ojos gigantes y de talla diminuta, no pudo negarse a aceptarlo. Nos lo quedamos.

Era precioso. Ángel puso como condición para adoptarlo, ponerle él el nombre. Lo llamó “Jazz”. Me pareció una idea estupenda. A los pocos días vino a casa mi amiga Almudena, veterinaria, que lo examinó, lavó y vacunó, y nos comunicó que no era un gato, sino una gatita. Una gatita, así que decidí que deberíamos entonces llamarla “Jazzy” (”de vivos colores”, en inglés), más adecuado a una hembra.

Llegó a su casa natal (un pequeño apartamento en el que vivíamos entonces) cuatro días después de aquel 11 de noviembre de 2001, el día de los atentados contra las Torres Gemelas de Nueva York. Con el tiempo, Jazzy pasó a llamarse “Jazzeera”, you know now y por eso.

Desde entonces y hasta hace unos días, que murió improvisadamente, Jazzy ha sido nuestra alegría cotidiana, nuestra preocupación, nuestra compañía y nuestro calor hogareño. Ha sido una gata tosca (”de zanja”, decía yo), con mucho carácter, pero encantadora, buena, simpática, listísima y cariñosa con todo el mundo. Tímida, pero agradable.

No sabéis cómo la echamos de menos. Siempre estará conmigo, con todos mis ausentes.

Querida Jazzy: aún te veo cuando abro la puerta de casa. ¡Eras tan guapa! Espero haberte dado una vida cómoda y agradable.

Aviso para navegantes

Sé que en las últimas semanas ha habido problemas al acceder al Portal de Belén. Parece que la aplicación que incluía el detalle de la procedencia de las visitas descargaba un archivo malvado que petaba los PC’s. Desde Google se dieron cuenta y por eso ahora este sitio aparece como contaminado.

La buena noticia es que ya he eliminado esa aplicación, y de momento este sitio ya es seguro de nuevo. He solicitado a Google una reconsideración, cuyos resultados os comunicaré tan pronto como sepa algo.

Gracias a todos por vuestra paciencia y disculpad las molestias, o perdonen las disculpas.

Al Qaeda de Móstoles

En general, la falta de rigor en el periodismo español es abrumadora. Se da tanto el hablar sin ton ni son, dando por cierto lo que no es más que una posibilidad (en muchas ocasiones ridícula) que a veces hasta pasa inadvertida la ausencia de verdad, de precisión y/o de propiedad, en las noticias que se escuchan y leen.

El otro día se volvió a condenar a la picota -one more time! Y van…- a un individuo que no había hecho nada más que intentar salvar la vida a la hija de su novia. ¿Cuándo aprenderán? Nunca, por supuesto.

El festival de chorradas de hoy ha tenido lugar a cuenta del presunto secuestro de tres personas españolas en Mauritania. En minutos se ha desencadenado la furia informativa: que si estos tres señores estaban “cooperando” en Mauritania. Vale. Que si los han secuestrado “la facción magrebí de Al Qaeda” (qué cosa tan pintoresca, esto de Al Qaeda; tiene peñas por doquier, como el Madrid). Que si la facción magrebí tiene particular odio por los españoles. Que si esta facción tiene una productora de vídeos propagandísticos (¡sí! ¡Como el PP!), que se llama “Al Ándalus” (”de ahí se deduce lo de la fijación con los españoles…” ¿?)… Alucinógeno.

A eso de las dos de la tarde, el bucle ya entraba en las implicaciones y relaciones entre este presunto secuestro de alqaedistas magrebíes con odio a España, y el del atunero Alakrana.

A las tres, ya había un abultado debate sobre si se debía pagar el rescate a los alqaedistas magrebíes, etc.

A estas horas (las 5  y media de la tarde), ningún alqaedista, etc., ha dicho ni pío ni se sabe nada de ningún rescate.

Es como el sketch de la empanadilla, la Encarna, el niño, Móstoles, la mili…

Qué desmierde de información recibimos. 

Mañana podríamos hablar, si queréis, de Mauritania, de su presidente (el tipo al que se le ha ocurrido en primer lugar lo de Al Qaeda sector Magreb), y de la oscura relación que el Gobierno español tiene con él.

El editorial rebelde

Ayer, doce diarios catalanes decidieron publicar un editorial conjunto titulado “La dignidad de Catalunya“. No es largo, si no lo habéis leído os recomiendo que lo hagáis.

En él se expresa la preocupación de buena parte de la sociedad catalana acerca de la amenaza de que el Tribunal Constitucional (diez personas fuertemente tendenciosas, al fin y al cabo) pueda modificar en breve una parte fundamental del Estatuto de Cataluña, “promulgado el 20 de julio del 2006 por el jefe del Estado, rey Juan Carlos, con el siguiente encabezamiento: “Sabed: Que las Cortes Generales han aprobado, los ciudadanos de Catalunya han ratificado en referéndum y Yo vengo en sancionar la siguiente ley orgánica”.”

Estoy absolutamente de acuerdo con todo lo que se expresa en este editorial, de principio a fin. Es cierto que el TC se ha convertido en una especie de cuarta cámara de decisiones, ¡la última en tomarlas, tras el soberano pueblo y las Cortes elegidas por él! Es cierto, además, que el TC no es un órgano democrático, porque no es elegido directamente por el pueblo, sino por los partidos mayoritarios, que además en ocasiones -como la que nos ocupa- no llegan a ningún acuerdo entre sí, lo cual hace que cuatro de los 10 magistrados que ocupan actualmente los tronos del TC estén ejerciendo este cargo tras el vencimiento de su mandato.

Si nos parece que los parlamentos españoles hacen lo que les da la gana con el voto de la gente, ¿qué puede parecernos un tribunal elegido por los partidos políticos mayoritarios? ¿Y un tribunal no elegido siquiera por éstos, sino mantenido en gran parte en el cargo por desavenencias entre los intereses partidistas del PSOE y del PP?

No es posible que un conjunto de magistrados tan reducido y tan tendencioso tengan posibilidad de transformar una ley refrendada por el pueblo catalán y por su Parlamento.

Este editorial ha conseguido su objetivo al menos con una persona: conmigo. Al leer la frase: “Hay preocupación en Catalunya y es preciso que toda España lo sepa”, me di por enterada de algo que en verdad no había podido saber con anterioridad, porque no vivo en Cataluña y los catalanes con los que me relaciono no me habían transmitido esta preocupación.

En todo caso, creo y siempre he creído que el Tribunal Constitucional no es más que otro artífice del poder eterno para contravenir los deseos del soberano pueblo, cuando -muy raramente- puedan incomodar a alguno de los estamentos que siempre han gobernado este país, y tantos otros. De modo que enhorabuena por el editorial.

¿Aires de cambio en la prensa madrileña?

Ayer por la tarde tuve que hacer tiempo por ahí, y como hacía frío me refugié en un bar. No tenía nada que leer, así que eché mano a los dos periódicos que tenían a disposición de la parroquia, “El Mundo” y “El País”. Hacía tiempo, un par de meses tal vez, que no tenía ocasión de dedicarme con tanta tranquilidad a la lectura de la prensa española. El resultado de este ejercicio fue agridulce, pero con importantes novedades respecto a los últimos años.

Vamos en primer lugar con “El Mundo”: hace tiempo que se rumorea que este diario ha encontrado una vía por la que cambiar paulatinamente sus posturas editoriales, tan radicalmente conspiranoicas, por otras más a gusto del Gobierno de España. No he dado crédito a esa posibilidad hasta ayer, y os explicaré por qué ahora sí creo posible que “El Mundo” esté opositando a vocero del PSOE, al menos en parte. En primer lugar, la portada de ayer era digna de un periódico más o menos serio, lo que supone un cambio importante respecto a las miles de portadas que hemos visto los últimos años, de las que, si no comprabas el diario todos los días, lo más probable es que no extrajeras ninguna información (los titulares parecían un culebrón). En la edición de ayer, sin embargo, aparecían en portada al menos cuatro noticias de calado e interés, tratadas sin histeria conspiranoica. Me resultó llamativo ver cómo el tratamiento de noticias sobre corrupción en las que están implicados algunos miembros del Partido Popular no destilaba ese añejo tufo propagandístico a favor del partido derechista español. Tampoco es que lo atacasen, pero ya es un cambio. Y, por último, en uno de los editoriales que “El Mundo” publicó ayer, se defendía tímidamente al Gobierno español de las acusaciones de los marineros vascos del Alakrana. Sí, es posible que esa defensa sea más un meterse con unos presuntos nacionalistas vascos, pero… es otra novedad, no cabe duda. En tiempos, tal vez habrían preferido obviar el comentario. Por supuesto, el aire general del periódico es rancio y derechista, pero ahora resulta algo menos desagradable.

En cuanto a “El País”, ayer lo noté menos burdo en sus ataques al Gobierno, que últimamente parecían proceder de un montón de niños enrabietados con sus profesores, porque no les dejan hacer lo que les apetece.

En ambos casos, la lectura de los periódicos apenas me provocó gruñidos de indignación, e incluso logré obtener bastante información de aquéllos. Eso sí: en ninguna parte se hablaba de la reforma laboral que está tramando el Gobierno. Por supuesto, no espero que haya -de momento- ningún periódico de izquierdas. Hay que conformarse con los flecos que aún le quedan a “Público”, que cada vez son menos, y que terminarán por desaparecer. Pero a eso ya estoy hecha.

Si “El Mundo” se acerca al Gobierno lo suficiente como para convertirse en el periódico de referencia de sus simpatizantes -otras cosas más raras se han visto-, ¿en qué situación se queda el diario “Público”? ¿Será el chico de los recados? Puede ser, por qué no.

En cuanto a “El País”, no descartemos nada, porque todo es posible.

Bueno, la cosa parece animarse.

Ya hablaremos del editorial que han publicado hoy varios periódicos catalanes: os adelanto que me parece correcto, y como iniciativa bastante original. A lo mejor es la desesperación, la que aviva el ingenio.

Reforma laboral XXV

Id echando un vistazo a los planes de ZP para hacernos la vida más difícil en breve. Podéis para ello hacer uso del periódico “Público”, que está como se sabe al servicio absoluto del Gobierno (¡cómo me rejuvenece esto! ¡Ese “País” de los años 80!), y cuyos responsables creen que con “sutilezas” como ésta nos vamos a quedar todos convencidos de la bondad de la reforma laboral que nos quieren colocar los socialistas. “La reforma laboral gana adeptos“, coloca la redacción ex-pro-izquierdista como titular. Si leemos el artículo -os lo aconsejo- nos damos cuenta enseguida de que dichos “adeptos” son varios miembros del Gobierno, el gobernador del Banco de España, y el presidente del BCE, Jean Claude Trichet. En el último párrafo se especifica que el único sindicato que ha dicho algo, la UGT, se opone al contenido de la reforma laboral.

En fin, manipulación burda, de la peor especie, y con la peor de las intenciones.

Como ellos no lo quieren decir -lo dicen a píldoras- os lo digo yo: lo que pretende el Gobierno es aplicar, entre otras medidas, reducción generalizada de horarios de trabajo con reducción salarial asociada a aquélla, como en Alemania. Fabuloso, ¿verdad?

¿Por qué apenas se habla de esto en los medios de comunicación? ¿Por qué, sin embargo, se dedica tanto tiempo a comentar todo lo que hace el Ministerio de Igualdad, o a hablar del secuestro del atunero Alakrana, o a retransmitir en directo el juicio por la muerte del alcalde de Fago?

Pues por lo de siempre. Aquí están de nuevo, y como nos descuidemos nos cuelan otra “reforma laboral”.