Lo sabía

Hala, ya han echado a Reig de “Público”. Con esta limpia, creo que este periodiquito ya puede hacer de vocero del Gobierno.

Lo dije,  lo sabía. Me dijisteis de todo, algunos con muy mala leche. 

Otros muchos estaban ya entonces de acuerdo conmigo. Enhorabuena a los premiados.

Múgica y los pijojarraichus de Pozuelo

A Enrique Múgica le han acercado esta mañana un micrófono para que opine (entre otras cosas) sobre los disturbios de las fiestas patronales en Pozuelo de Alarcón. Le ha salido toda la carcundia desde lo más hondo del alma, probablemente con premeditación y alevosía, circunstancias agravantes sin duda, teniendo en cuenta que ha dicho lo siguiente:

“Lo de Pozuelo es algo que debe ser estudiado con rigor, porque (lo que) está pasando es el desbordamiento en sectores amplios de la juventud de actitudes apasionadas e irracionales como consecuencia de la pérdida de valores que afecta a nuestra sociedad. El trabajo de profesor es un trabajo difícil, que no se ve amparado por el respeto que se le debe tener. (…) Bueno, pues ahora tendremos, en una sociedad democrática basada en el respeto y la convivencia, tendremos que aprender la diferencia entre libertinaje y libertad. (…) Al mismo tiempo, eso necesita un gran diálogo nacional en todos los sectores (ininteligible), por supuesto y fundamentalmente el Congreso y el Senado, las Cortes Generales, para ver a dónde vamos a llegar. (…) Ahora en algunos padres, en muchos padres, parece que el profesor es culpable de lo que hace el alumno. A partir de esa actitud, todo es posible.”

Si este señor tan facha fuera un señor de su casa, un don Nadie que opina a lo loco en cuanto le dan la oportunidad, pues por mí vale. Ocurre que Múgica ocupa desde hace muchos años (demasiados) el cargo de defensor del Pueblo español. Para contento y alegría del PP y del PSOE, partidos ambos que sienten auténtica devoción por este figura, sospechoso -por cierto- de dar “ideas” a los golpistas de 1981 (tuvo por ello que declarar en el juzgado), entre otras hazañas.

Múgica, un hombre a quien la frase “que se pudran en la cárcel” le gusta tanto que no pierde oportunidad de utilizarla, da muestra pública, una vez más, de cuál es el pensamiento que ocupa esa canosa y desgastada cabecita de ex militante comunista reconvertido a enemigo de la ruptura con el franquismo (Suresnes). Habla con total convicción de la juventud (casi toda ella) echada a perder, que no sabe distinguir entre “libertad” y “libertinaje” (¡Dios!), que se dedica a cometer tropelías e irracionalidades sin fin, porque, en resumidas cuentas, sus padres “les han dejado hacer lo que quieren”. Que están muy mimados/as… Dos hostias y se les acababa la tontería. Mano dura con éstos. “Si vivieran lo que yo viví… ¡Dónde vamos a llegar!”

Me horroriza Enrique Múgica. Es uno de los personajes -vivos- más siniestros de la política española. Él es España profunda, pura y dura. Cuando era joven no lo sabía, pero no es más que un bochornoso transmisor de eso que él llama “valores tradicionales”, y que supongo que sabéis a qué se refiere.

Por cierto, y ya que estamos con el tema: lo de Pozuelo me parece increíble, tan desmesurado que cuesta hacerse a la idea de que en efecto una turba de jóvenes aturdidos y envalentonados por el alcohol, ataquen una comisaría, llenos de ánimo. Jóvenes, por cierto, procedentes de familias estructuradas y en su mayor parte votantes del PP (uno de los detenidos es nieto de marqués), señoritos con ganas de gresca que da la impresión de que consideran a la policía como parte del mobiliario. Eso último no me parece mal (no me gusta la policía), pero estos tíos son unos descerebrados que lo mismo mean en la Castellana cuando gana la selección de fútbol que te queman un edificio.

Ahora bien, ¿éstos son “la juventud”? ¿Representan a “sectores amplios” de la gente joven? ¿Hay algún adolescente en el público? ¿Y habéis quemado alguna vez parte del mobiliario urbano?

Venga ya, señor Múgica. No saque a pasear sus casposos prejuicios contra las nuevas generaciones de españoles con una excusa tan barata. Haga el favor de no opinarse encima. Ya que no hace nada por defender al Pueblo, al menos no nos ofenda más.

Escandinavia

Hacía años que quería ir a Escandinavia, a Dinamarca, a Noruega y a Suecia. Tenía miedo de que me defraudase el viaje, de tanto que había deseado estar allí.

La sorpresa es que no me ha defraudado, sino todo lo contrario: la gente escandinava es magnífica, especial, natural, simpática e inteligente -desde el punto social, al menos-. Y los paisajes y las ciudades escandinavas que he visitado son una hermosura.

Me he sentido muy bien, muy a gusto, en Escandinavia. El viaje ha resultado un paseo encantador por un montón de sitios preciosos.

Sólo me quedo con ganas de volver a Estocolmo, porque sólo estuvimos allí un día en realidad. Estocolmo es una de las ciudades más bonitas y elegantes que he conocido nunca, y con ese laisser faire sueco resulta además de lo más confortable. Tampoco allí te mira nadie con acritud, les parece bien todo el mundo, o eso creo.

Noruega, por otra parte, es uno de los más hermosos y más simpáticos países que he visto nunca.

En fin, que hay que repetir. Gracias por todo, escandinavos.

Otro curso finiquitado

Por fin me han llegado las vacaciones de verano. Hasta septiembre no debo volver a la oficina, ni a interesarme por obligación por las cosas que nos ocupan cotidianamente, y que nos preocupan también, en el trabajo. Ha sido un curso durito, intenso y lleno de sobresaltos agotadores. Y no es el primero.

He tenido varios momentos de crisis personal desde que comenzó la fiesta allá por septiembre de 2008 (qué lejano me parece). En alguno de ellos incluso pensé que no iba a llegar hasta aquí. Demasiado follón para tan poco sueldo, me parece.

Claro, que también ha habido momentos divertidos entre tanto momento complicado y/o aburrido (por qué no decirlo), pero la mayoría de ellos han tenido lugar en Madrid, París, Londres, Dublín y Ámsterdam, ciudades en las que he pasado ratos de asueto entre viaje de trabajo y viaje de trabajo.

Por cierto, que dando un repaso por los sitios que he visitado esta temporada, me doy cuenta de que he pisado América, Asia, África, Europa y Oceanía. Todo un pleno.

En fin, bueno, pues ya está. Cerremos las carpetas y el correo del trabajo, que en septiembre tenemos fiesta y de la grande.

Mañana me voy a Cataluña con mi madre y mi sobrina, y a la vuelta me espera Ángel para preparar las maletas con las que viajaremos a Escandinavia, en un intenso viaje que nos lleva por primera vez a esas tierras del norte de Europa que siempre hemos deseado conocer.

La semana que viene cumplo cuarenta años. Cuarenta. “La hacen a una pensar”, como decía Marilyn en “Con faldas y a lo loco”, a cuento de sus veinticinco añitos recién cumplidos. Bueno, pues a darle a las meninges a ver qué tonterías se me ocurren. A lo mejor hasta os las cuento.

Lo de siempre: felices vacaciones a los que las disfrutéis al tiempo que yo.

Para Santi

Ayer por la mañana se murió mi primo Santiago, uno de los personajes más carismáticos de mi familia. Hoy hemos leído en el cementerio de La Almudena, antes de su incineración, lo que a continuación os dejo escrito, y que preparamos ayer por la noche nuestra prima Mar y yo. Un beso, hermano, hasta siempre.

Querido Santi,

Todos los que estamos aquí tenemos mucho que decir sobre ti, y todo es bueno. Ayer nos decía tu encantadora Cristina que la tía Pili, tu madre tan querida por todos, opinaba que tú eras un buscador de tesoros, probablemente porque siempre andabas hurgando por todas partes en busca de a saber qué. Como te dijo Cristina cuando se lo contaste, no sabemos qué narices buscabas, porque tú eres un auténtico tesoro.

A lo mejor buscabas a personas a las que querer, porque no cabe duda de que tenías especial talento para querer a la gente. Creemos que, aunque eres el hombre más guapo de España -en el extranjero aún estamos buscando-, y muy probablemente el más gracioso del mundo, ésa era sin duda tu mejor cualidad. Y encontraste mucha gente a la que querer, y de la buena, de la que te devuelve el cariño. No tiene mérito: te merecías la devoción que te profesábamos. Qué afortunado eres, Santi: Tienes dos familias, tus amigos (tus Bomberos de Madrid sobre todos ellos) y la de toda la vida, y aquí aún estamos decidiendo cuál es la primera en tus preferencias.

Puedes sentirte orgulloso de lo valiente que has sido, de que luchaste hasta el final y aunque –desgraciadamente- no has ganado la batalla, se lo pusiste bien difícil a la enfermedad. Y puedes sentirte orgulloso de todos los que te queremos, aunque seguro que ahora soltarías alguna de tus gracias, dirías que algunos somos actores que has contratado o que muchos se han colado. Pero no, Santi, todos los que estamos hoy aquí te queremos, tus amigos, tu familia, tu mujer… Creemos que eres una gran persona porque grandes amigos te han acompañado a lo largo de tu vida, amigos que no te han dejado ni a sol ni a sombra, sobre todo los bomberos. Pero sin duda tus grandes triunfos son la abuela que tuviste, la abuela Pepa, de la que decías que era tu ídolo, y tus padres, el gran tío Manolo y la gran tía Pili. Quisiste que tus genes se perpetuasen en tu hijo Alejandro; pero sin duda, tu mayor éxito fue encontrar el tesoro que buscabas: Cristina. Con ella aprendiste a ser mejor persona, con ella supiste lo que era amar y ser amado, con ella atrapaste la felicidad que hoy te has llevado contigo. A Cris habría que darle las gracias, y se las damos, por quererte como te quiere, por cuidarte tan bien, incluso renunciando a su vida para ocuparse por completo de ti.

Hay algo grande y único en ti, algo especial. Eres un hombre de ésos que se hicieron con un molde particular que luego algún idiota rompió, y que por eso no se vuelven a repetir. Viviste una vida llena de felicidad y de envidiables experiencias, llena también -cómo evitarlo- de algunos momentos difíciles o incómodos, como no podía ser de otra forma, dada tu bondad y también tu especial habilidad por meterte en líos, no queremos negarlo.

Todos tenemos alguna anécdota tuya increíble para contar, y que contamos con alegría, porque el simple hecho de conocerte y de saber qué cosas hacías nos hace ser un poco como tú, aunque sea por simpatía, o por cercanía. Nos hiciste reír mucho, y aún nos reímos, con tus cosas. Hay tanto de lo que reír pensando en ti, que nos cuesta sentir el dolor de tu partida. A lo mejor porque no podemos hacernos a la idea.

Por supuesto, nunca te diremos adiós. De eso nada. Te saludo como saludé por última vez a mi padre, tu tío José Luis, al que tanto te parecías, como también al fabuloso tío Manolo: Todo lo más te damos un “hasta luego” lleno de esperanza de seguir sintiendo tu hermosa sonrisa y tus espléndidas bromas. Cosa que ocurrirá porque, Santiago, eres simplemente inolvidable.

Una vez le dijiste a Mar que visitando un cementerio habías visto un epitafio que te había emocionado y decía así: “Sólo estoy dormido; si me olvidas, moriré”.

Duerme tranquilo, Santi. Porque nunca te olvidaremos.

Gorilas en la niebla

Lo resumió espléndidamente el otro día el embajador de Argentina ante la OEA: “Alguien ha abierto la jaula de los gorilas”. Se refería, cómo no, al reciente golpe de Estado que ha ocurrido en Honduras, y que en efecto ha sido llevado a cabo por el gorilismo latinoamericano de siempre, esta vez parece -¡increíble!- que sin el consentimiento de Washington.

Cuando oigo cosas del estilo “el mundo ha cambiado”, “las cosas ya no son como antes”, “en estos tiempos ya no ocurre eso”, tuerzo el gesto con incredulidad: en general, no me fío de nada y no creo ni en los marcianos, así que como mucho podría estar de acuerdo en que, temporalmente, y ya que los ciclos políticos existen, las tendencias internacionales, sociales, políticas, económicas y militares, tienen momentos mejores y peores, más o menos violentos.

Pero en esta ocasión me alegra darme cuenta de que el golpe de Estado en Honduras ha merecido descrédito y rapapolvo generalizados por parte de todos los gobiernos del mundo que se han expresado al respecto, lo cual que yo sepa (cumplo cuarenta tacos en breve) no había ocurrido nunca antes, al menos si de América Latina y el Caribe se trataba. (No me quiero poner abundante con los continentes.)

Bueno: es un cambio, desde luego. Más que un cambio, es una excelente novedad. ¿Se trata de un caso concreto y de un tiempo determinado? Puede ser, de hecho es lo más probable, pero ya veremos.

Lo que nunca cambia es que siempre hay sinvergüenzas y desahogados, a los que no les importa absolutamente nada con tal de llegar al poder, hacer de su capa un sayo, y someter a todo el mundo a su voluntad y su capricho. Me refiero a gentes como los empresarios, políticos y militares que han montado el golpe de Estado en Honduras, a la cabeza de todo lo cual está ese macaco ridículo, el tal Roberto Micheletti, o Goriletti, como lo llama Hugo Chávez. Un tipo grotesco, inmoral, un bribonzuelo sin principios ni decoro, que da vergüenza ajena, y que tiene más peligro que una piraña en un bidet.

Como de eso, por desgracia, siempre tendremos ración doble, más vale que no olvidemos que si los hondureños salen de ésta, ello es fundamentalmente porque se ha aunado la voluntad de la gente de Honduras en contra de este sapo, y porque la correlación de fuerzas en América Latina es en estos momentos desfavorable al gorilismo. Lo digo para otra.

Mientras, espero con curiosidad un poco ansiosa ver qué carita ponen esos golfos que creen que se han hecho con la poltrona en Tegucigalpa, cuando llegue la delegación de la OEA a llamarlos al orden.

Entre América e Inglaterra, un par de koalas

Acabo de volver de Sidney, ciudad a la que he viajado porque tenía que trabajar allí durante unos días. Ha habido suerte: la gente que allí he conocido (todos españoles), y con la que he compartido quehaceres durante estos días, son de lo mejorcito que me he encontrado por ahí. Un montón de chicos y chicas agradables, inteligentes, dispuestos y simpáticos: Fernando, Manel, María, Víctor, Miriam, Olimpio, Marta, Paula, Rocío, Ángela, Leire, Carlos… ¿Me dejo alguno? Si es así, perdonad. Además me he re-encontrado con Begoña, a quien ya conocí en Melburne, hace dos años.

Sidney, a primera impresión, recuerda fuertemente a una gran ciudad de Estados Unidos influida seriamente por cualquier ciudad británica o irlandesa. Una gran dosis de Occidente que muchos de los expatriados europeos en Asia aprovechan para sentirse como en casa. Y es fácil sentirse en casa en Sidney, porque los lugareños son muy accesibles.

En plan turista, me di una vuelta por la bahía de Sidney, hice una visita a la playa de Manly, una ciudad veraniega cercana, y además tuve ocasión de pasar unas horas en uno de los mejores y más famosos zoos del mundo, donde no sólo tratan ejemplarmente a los animales que allí viven, sino donde además es posible ver un montón de bichos locales, básicamente marsupiales y reptiles, que en ningún otro sitio he podido conocer.

Ha sido un viaje agotador, no lo niego (he pasado tanto tiempo en los aviones como en Sidney), pero sin duda también ha sido enriquecedor y probablemente inolvidable.

Está tan lejos Australia, que no estoy segura de si podré volver. Pero os aseguro que lo intentaré, porque me he quedado con todas las ganas del mundo de poder darme una vuelta por ese fabuloso país.

Babuinos y masais

La semana pasada estuve en Nairobi, trabajando intensamente. El miércoles, el mismo día que tomaba el avión de vuelta, tuve oportunidad de darme una vuelta por el parque nacional de Nairobi, una extensión de terreno salvaje a 20 minutos del centro de la capital keniana.

Si no hubiera sido por esa excursión, muy provechosa para una europea que pisa el centro de África por primera vez, no habría podido darme cuenta de lo cerca que me encontraba de las grandes reservas africanas, en donde todo tipo de animales campan a sus anchas, entre Tanzania y Kenia. Una vez que te encuentras en el campo africano, en la sabana, aunque sea sólo un rato, entonces la cosa cambia.

Porque hasta ese momento sólo me había movido por la ciudad como si fuera una reportera de guerra: en coche de la Embajada al hotel, del hotel a la Embajada, sin pisar la calle. Calle en la que, por cierto y por otra parte, no se puede fumar.

Esto ocurre porque una empresa estadounidense muy importante decidió -el colonialismo estadounidense es así- “patrocinar” una muy restrictiva ley en contra del tabaco. Desde hace unos meses está prohibido fumar en todos los lugares públicos de Nairobi (parece que a Mombasa y a otras ciudades aún no ha llegado este desquicie), y como la calle se considera un lugar público, no se puede encender un cigarrillo. En una ciudad en la que apenas hay aceras. En fin.

Los kenianos son abiertos, agradables, dispuestos, amables y dignos. Pegan la hebra a la menor oportunidad, y siempre tienen algo interesante que contar, sobre todo si hablan con alguien que tanto desconoce de su país y de su(s múltiples) cultura(s).

Sin duda, regresaré lo antes posible a Nairobi, pero no me quedaré más que lo justo para viajar desde allí al Masai Mara y a la costa. Y volveré con otro espíritu, como turista y con relajación. Que el país bien lo merece.

Otro líder cósmico

Lo leo y no lo creo, le doy al vídeo. Sí, es cierto. Lo ha dicho. Como si fuera la Jefa del Estado de por vida, en plan monarca, Leire Pajín, la nunca suficientemente valorada en lo que (ella cree que) vale, agarra y dice esto: “Les sugiero que estén atentos al próximo acontecimiento histórico que se producirá en nuestro planeta: la coincidencia en breve de dos presidencias progresistas a ambos lados del Atlántico, la presidencia de Obama en EEUU y Zapatero presidiendo la UE”.

¿Estamos ante una nueva religión, el zapatero-obaísmo, u Obama es Dios y Zapatero su profeta?

Qué cruz de gobernantes. Se vuelven locos sin remisión a la primera de cambio. Y el detonante de casi todos los ataques de cosmicismo es la posibilidad de juntarse con el presidente de turno de los Estados Unidos.

Dan risa, pero también cabrean.

Un señor con traje

No, no voy a hablar de Camps. Se trata de algo más irritante para mí, por lo cotidiano y porque me afecta directamente, y de una gravedad diferente.

Sé que la mayor parte de los que leáis esto no me vais a creer. Lo tengo asumido. Con que se lo crean tres, tengo bastante.

Pues veréis: tengo visto y comprobado que en los sitios a los que voy a comer o a tomar copas, cerca de mi trabajo (alrededores de la plaza de Colón de Madrid), ocurre un fenómeno paranormal. Es el siguiente: yo lo llamo el “síndrome del acompañante con traje”. Lo creáis o no, cuando voy a dichos establecimientos en compañía femenina (en general con buen aspecto, chicas limpias, guapas y bien vestidas), los camareros optan por no hacernos caso. Prefieren atender, antes que a nosotras, a cualquier señor con traje, aunque haya llegado más tarde que nosotras.

Una vez que hemos conseguido, a pesar de ser mujeres, ser atendidas, siempre recibirán mejor cuidado y servicio los señores con traje.

Chicas, donde quiera que vayáis, no olvidad llevar con vosotras a un señor con traje.

El otro día vino a verme al trabajo Ángel, mi chico, que tenía una reunión al lado. Lo llevé a un sitio muy fino al que suelo ir con mucha frecuencia, y donde siempre me pasa lo relatado. Le dije: “a mí me cuesta Dios y ayuda que me hagan caso, así que como vas con traje, te pido que me hagas el favor de pedir un par de cafés.” Milagro: ipso facto, vino alguien a atendernos. “Menos mal que vengo con un señor con traje”, le dije, “porque si no, la media son quince minutos de bamboleos con los brazos”. ¿En serio? Sí, en serio.

Muchas veces, con frecuencia, si en lontananza no hay ningún señor con traje, se atiende antes que a nosotras a cualquier señor, con la pinta que lleve.

¿No os lo créeis? Qué suerte tenéis.