google-site-verification: googlea8e3f7f963807625.html

Entries Tagged 'música' ↓

Tina y Joan Baptista, músicos

Mientras escribo esta tontería, estoy escuchando sin parar -y alternativamente, claro- dos canciones a través de Youtube: “Proud Mary“, de Tina Turner, y “Clara“, de Joan Baptista Humet. La primera está viva, y coleando, pero el segundo, qué pena, ha muerto hace poco.

Me gustaría hablar de estos dos músicos hoy. Voy a empezar por Humet, que es al que menos conozco. Hoy he sabido que ha muerto, y me sabe mal no haberme enterado a tiempo, pero así son las enajenaciones mentales, te alteran mucho la agenda. En fin: A Humet lo recuerdo mucho, es cierto, pero también es verdad que hacía un montón de tiempo que no me acordaba de él. Me gustaba mucho en mi adolescencia -en la que en verdad yo adolecía de muchos y graves inconvenientes-, me parecía un hombre muy guapo (lo era), me gustaba mucho su voz, y me encantaba lo que decían sus canciones. Particularmente, recuerdo “Clara”. Me parecía un ejemplo de comprensión y empatía. Qué difícil era, en aquellos años 80, hacerse cargo de la debilidad de una persona enganchada por la droga, y de la horrible tortura que eso suponía. Me enternecía de verdad -ya os digo que era una tierna adolescente, pero, ¿acaso he dejado de serlo aún hoy?- que alguien trasmitiera la empatía que trasmitía él en esa canción, sin mostrar por ello ningún aire cursi, algo que era desgraciadamente habitual en los cantautores “no políticos” de la época, como Perales, Pablo Abraira y así. No, claro, no es Jacques Brel, nadie lo es ni lo ha sido, pero siempre me pareció un hombre notable.

Nunca entenderé bien por qué siento tanto la muerte de gente que nunca he tratado personalmente. No os creáis, es una jodienda. Con perdón.

La otra artista es Turner, Tina. El otro día me vi -me suena que por segunda vez, pero en esta ocasión en versión original- el biopic que cuenta sus muchas penas y escasas alegrías hasta que se divorció de Ike Turner, su descubridor, marido y torturador, “What’s Love Got To Do With It?” (”¿Qué tiene que ver el amor con esto?”). Tina lo dice todo en la introducción a la performance de “Proud Mary” que os he enlazado antes: “Right now I think you might like to hear something from us nice and easy… I’d like to do that for you, but there’s one thing, you see, we never ever do nothing nice and easy… We always do it nice, rough… We’re gonna take the beginning of this song and we’re gonna do it easy… But then we’re gonna do the finish… Rough, that’s the way we do!” (O sea: “Ahora supongo que queréis oír de nosotros algo agradable y facilón… Me gustaría hacerlo por vosotros, pero hay algo, sabéis… Siempre hacemos las cosas agradables, pero duras… Vamos a por el principio de la canción, y lo haremos fácil… Pero luego iremos a por el final… Duro, ¡así somos nosotros!”) En realidad, Tina habla de sí misma, tanto en esa magnífica, histórica, colosal introducción, como en la canción. Es una mujer dura, durísima, tremendamente fuerte. Tal y como aparenta, y cuenta, Tina es una mujer acostumbrada a la vida difícil, sabe como sobrellevar todo tipo de adversidades, cómo llevar una vida llena de inconvenientes y de castigos inmerecidos, y sin embargo -y esto es lo mejor- sabe cómo escapar de todo ello en cuanto tiene ocasión. Además, y en esto es todo un ejemplo de resistencia a la adversidad, Tina ha logrado salir del negro agujero en el que la tenía sumergida Ike, ¡y cómo! 

Con seguridad, gran parte de su mérito como resistente lo tenga su enorme, inmenso talento artístico. No hay más que prestarle algo de atención: Es una gran soulwoman. Ha nacido así. Le tengo una gran admiración, tanto por su obra musical como por su valentía personal. En lo que a mí concierne, es un modelo de persona. Alguien a quien seguir e imitar. Procuraré hacerlo, pero me sé y me confieso mucho más limitada que ella, en todos los aspectos.

Evidentemente por una dolencia aguda de egolatría, me gustaría que estos dos hubieran sabido lo importantes que han sido, y son, para mí.

Ute Lemper

Esta mañana he oído en Radio 5, mi emisora preferida, una breve glosa de la carrera, la vida y las numerosas virtudes de Ute Lemper (Münster, 1963), y me he animado a compartir con vosotros mi admiración por esta gran artista alemana. Recuerdo que supe de ella hace unos pocos años, cuando vino a Madrid a presentar el disco “But one day”. A cuento del concierto que ofreció en el Palacio de Congresos madrileño tuve la oportunidad de escuchar entre otras su magnífica interpretación del tema clásico “All That Jazz“, y aunque no me acuerdo de ella a menudo, desde entonces soy una entusiasta de la señora Lemper.

Es una de esas personas que parecen de mentira: además de ser guapa y elegantísima, lo que se descubre enseguida, es inteligente y creativa, tiene una voz que los que entienden de esto califican de “instrumento privilegiado”, y posee un excelente gusto musical. Su gran técnica vocal y su impresionante chorro de voz le permiten versionar a Edith Piaf y a Jacques Brel con la misma calidad que interpreta los viejos temas de Kurt Weill y Bertolt Brecht, y de otros artistas alemanes censurados durante la pesadilla nazi.

Lemper se ha dedicado durante décadas a revivir la música de cabaret de la República de Weimar, con una alegría y una viveza que hacen que las viejas canciones suenen como si hubieran sido escritas para ella. Su preocupación por reivindicar las cosas buenas de la Alemania prenazi es también, y a lo mejor sobre todo, una postura política. En su opinión, Alemania aún no ha aceptado su culpa por lo ocurrido en los años 40: “han tardado cincuenta años en elevar un Memorial del Holocausto en Berlín”, dice.

Parece mentira que esta mujer tan sofisticada tenga su lado canalla, pero lo tiene. En sus espectáculos incluye recitales de poemas de Charles Bukowski, por ejemplo. Y le gusta interpretar “Mein Herr” con el gesto torcido, la mirada descarada y la voz desgarrada.

En fin, que da gusto ver y oír a esta chica. Haced la prueba.

Sergio Algora, un músico

El otro día alguien me preguntó que quién era “el de arriba”. No le entendí. Luego supuse que se refería al cabecero de este blog, que en efecto, está “arriba”.

Pues los de arriba son éstos: Georges Brassens, el gato Bucky, The Who, The Beatles, Jacques Brel y mi Jazzy. Gatos y grandes músicos. De lo mejorcito de este valle de lágrimas.

Hoy, cuando se celebra The Beatles’ Day en Liverpool, me he enterado de la muerte de Sergio Algora, un músico y escritor nacido el mismo año en que nací yo.

Yo recordaba su música, sobre todo en su etapa de El Niño Gusano: hacían pop divertido y con miga, aunque no exactamente la música que a mí me gusta oír. No sabía nada de sus escritos. Hoy he leído algunos, y me han parecido interesantes, incluso buenos. Parece que Sergio tenía muchas cosas que contar, y aún estaba en ello. (¿Acaso no lo estoy yo?) Además, tenía muchas personas que lo querían, lo cual siempre supone una gran pérdida.

Para Sergio, en este día de los Beatles, dejo en la página el “Get Back” en el terrado de la Apple (interpretado en nuestro año de nacimiento), y su mayor éxito, “Pon tu mente al sol“. Un abrazo para los que lloráis.

Las flamencas

Hay una canción de Jacques Brel que describe magníficamente un tipo de persona que no tiene nada que ver contigo y conmigo. Se trata de esas mujeres -que para Brel son de Flandes, pero que podrían ser de cualquier otro lugar (y también podrían ser hombres)- que no dicen esta boca es mía sin medir con cuidado lo que van a decir, sin sopesar con precisión qué beneficio obtendrán con lo dicho; son mujeres que no sonríen (¿para qué?), a menos que haga falta mostrar a los demás lo bien que se encuentran, y que sólo bailan si el guión lo requiere, no por pasar un rato alegre.

Son gentes con cabeza, personas sensatas, con los pies en la tierra, que no dan puntada sin hilo y que no dejan pasar ocasión alguna sin obtener algún beneficio. En general son muy desagradables, y a veces son nocivas. Disfrutan hablando mal de los demás y nunca se ponen en duda a sí mismas

Supongo que tiene que haber de todo, pero, ¿es necesario que de éstos haya tantos?

Os dejo la letra de la canción. Se llama “Les Flamandes” (la traduzco bajo cada estrofa):

Les Flamandes dansent sans rien dire
Sans rien dire aux dimanches sonnants
Les Flamandes dansent sans rien dire
Les Flamandes ça n’est pas causant
Si elles dansent c’est parce qu’elles ont vingt ans
Et qu’à vingt ans il faut se fiancer
Se fiancer pour pouvoir se marier
Et se marier pour avoir des enfants
C’est ce que leur ont dit leurs parents
Le bedeau et même Son Eminence
L’Archiprêtre qui prêche au couvent
Et c’est pour ça et c’est pour ça qu’elles dansent
Les Flamandes
Les Flamandes
Les Fla - Les Fla - Les Flamandes

Las flamencas bailan sin decir nada / sin decir nada en los domingos en los que suenan las campanas / las flamencas bailan sin decir nada / las flamencas no son parlanchinas. / Si bailan es porque tienen veinte años / y a los veinte años hay que comprometerse / comprometerse para casarse / y casarse para tener hijos. / Es lo que les han dicho sus padres / el macero y hasta Su Eminencia / el Arcipreste que reza en el convento, / y por eso, por eso bailan / las flamencas.

Les Flamandes dansent sans frémir
Sans frémir aux dimanches sonnants
Les Flamandes dansent sans frémir
Les Flamandes ça n’est pas frémissant
Si elles dansent c’est parce qu’elles ont trente ans
Et qu’à trente ans il est bon de montrer
Que tout va bien que poussent les enfants
Et le houblon et le blé dans le pré
Elles font la fierté de leurs parents
Et du bedeau et de Son Eminence
L’Archiprêtre qui prêche au couvent
Et c’est pour ça et c’est pour ça qu’elles dansent
Les Flamandes
Les Flamandes
Les Fla - Les Fla - Les Flamandes

Las flamencas bailan sin estremecerse / sin estremecerse en los domingos en los que suenan las campanas / las flamencas bailan sin estremecerse / las flamencas no son temblorosas. / Si bailan es porque tienen treinta años / y a los treinta años es bueno demostrar / que todo va bien, que crecen los niños / y el lúpulo y el trigo en la pradera. / Causan orgullo a sus padres / al macero y a Su Eminencia / el Arcipreste que reza en el convento, / y por eso, por eso bailan / las flamencas.

Les Flamandes dansent sans sourire
Sans sourire aux dimanches sonnants
Les Flamandes dansent sans sourire
Les Flamandes ça n’est pas souriant
Si elles dansent c’est qu’elles ont septante ans
Qu’à septante ans il est bon de montrer
Que tout va bien que poussent les petits-enfants
Et le houblon et le blé dans le pré
Toutes vêtues de noir comme leurs parents
Comme le bedeau et comme Son Eminence
L’Archiprêtre qui radote au couvent
Elles héritent et c’est pour ça qu’elles dansent
Les Flamandes
Les Flamandes
Les Fla - Les Fla - Les Flamandes

Las flamencas bailan sin sonreír / sin sonreír en los domingos en los que suenan las campanas / las flamencas bailan sin sonreír / las flamencas no son sonrientes. / Si bailan es porque tienen setenta años / y a los setenta años es bueno demostrar / que todo va bien, que crecen los nietos / y el lúpulo y el trigo en el prado. / Todas vestidas de negro, como sus padres / como el macero y como Su Eminencia / el Arcipreste que chochea en el convento. / Ellas heredan, y por eso bailan / las flamencas.

Les Flamandes dansent sans mollir
Sans mollir aux dimanches sonnants
Les Flamandes dansent sans mollir
Les Flamandes ça n’est pas mollissant
Si elles dansent c’est parce qu’elles ont cent ans
Et qu’à cent ans il est bon de montrer
Que tout va bien qu’on a toujours bon pied
Et bon houblon et bon blé dans le pré
Elles s’en vont retrouver leurs parents
Et le bedeau et même Son Eminence
L’Archiprêtre qui repose au couvent
Et c’est pour ça qu’une dernière fois elles dansent
Les Flamandes
Les Flamandes
Les Fla - Les Fla -Les Flamandes

Las flamencas bailan sin flojear / sin flojear en los domingos en los que suenan las campanas / las flamencas bailan sin flojear / las flamencas no flojean. / Si bailan es porque tienen cien años / y a los cien años es bueno demostrar / que todo va bien, que aún se tiene buen pie / y buen lúpulo y buen trigo en el prado. / Van a reencontrarse con sus padres / con el macero y hasta con Su Eminencia / el Arcipreste que reposa en el convento. / Y por eso bailan por última vez / las flamencas.

Viva Chikilicuatre

Veo que la mayor parte de la buena gente con la que hablo, amigos y familiares, no comprenden por qué defiendo con tanto entusiasmo que un personaje creado por los guionistas de El Terrat y Andreu Buenafuente -me refiero a Rodolfo Chikilicuatre- represente a España en el festival de música de Eurovisión.

Puedo explicarlo rápidamente: me parece una espléndida manera de burlarse de una exaltación nacionalista concreta, que como todas las demás me produce auténtico espeluzne. No sé si ésa era la intención de los creadores, pero el hecho es que eso es la canción del “Chiki chiki“: no sólo se ríen del presunto “orgullo nacional” español, sino que demuestran que la gente es tan capaz de apoyar una representación presuntamente seria de España en Eurovisión, como una coña descarada.

Por mi parte, si las selecciones nacionales y autonómicas de los deportes de equipo españoles estuvieran integradas por payasos de Micolor, tunos o chirigotas carnavaleras, estaría perfectamente satisfecha.

Semana temática de Jacques Brel

Comienzo por advertir que la música -la que me gusta- es algo fundamental en mi vida: me revive, me emociona, me divierte y me acompaña. Desde niña, acostumbro a buscar canciones que se adecuen al momento que me toca vivir o al lugar en el que estoy. En esta ocasión, y para lo que me ocupa, como banda sonora del viaje a los Países Bajos nos ha acompañado por los hermosos paisajes holandeses la emocionante canción Amsterdam, del gran, del magnífico Jacques Brel.

A cuento de esto, llevo toda la semana oyendo a Brel, y sobre todo viéndolo: es impresionante verlo desgañitarse cantando contra el Ejército de cualquier sitio, que pervierte y tortura a los jóvenes (Au suivant); es divertido cuando imita a un pobre joven enamorado al que su amada da plantón en Madeleine o a la generación de sus abuelos bruselenses en Bruxelles -que pretendían que sus descendientes fueran mejores que ellos-; resulta enternecedor cantando cosas de su tierra de origen -Bélgica- y de sus paisanos en Le plat pays (que también cantó en flamenco) , Il niege sur Liège, La bière o Marieke; no deja piedra sobre piedra cuando se ríe de los idiotas que denuncian lo que ellos mismos hacían a sus mayores cuando tenían veinte años (Les bourgeois), cuando pone en evidencia a las malas personas superficiales y asquerosas que colocan el status socioeconómico y las apariencias por encima de lo que verdaderamente debería importar (Ces gents-là), a los hipócritas (Le gaz), y cuando se pasa por el forro a todas las personas “importantes” de la sociedad burguesa, en general (Le dernier repas); y muchas, muchas veces, llega al alma con sus canciones llenas de empatía y verdad, de bondad, de sinceridad y de honradez (Le moribond, Jef, Ne me quitte pas, Mathilde, Les vieux, Seul, Quand on a que l’amour). Otras veces simplemente se rió sin piedad (y me hace reír ahora a mí) de los jóvenes “activistas” políticamente correctos (Les bonbons), o compuso preciosidades como On n’oublie rien o La valse à mille temps, verdaderas obras maestras, como la mayor parte de sus creaciones.

Cuanto más lo escucho, más ganas tengo de escucharlo, y más me gusta, y más lo admiro. Estoy en condiciones de afirmar que no conozco a otro músico como él, tan completo, tan inteligente, con tantas cosas importantes y honradas que contar y con tanta capacidad para hacer excelente música, y tan ecléctica.

Qué grande, qué enorme, el maestro Brel.

Triunfo electoral

Por fin los españoles han dado muestras de madurez democrática, eligiendo con sus votos al mejor representante de los posibles. Me refiero a Rodolfo Chiquilicuatre, una invención del programa de Buenafuente, a través de la que El Terrat y la Sexta han presentado una excelente parodia musical (tan difícil de escuchar como el género del que se burla) a la selección que ha hecho TVE para acudir al pedorrísimo festival de Eurovisión.

Sabía yo que lo de Rosa de España era una invención pepera, una manipulación desvergonzada del españolismo más cutre. Déjalos opinar, y ahí tenéis: a Rodolfo Chiquilicuatre. Jo, jo.

Amy

Amy Winehouse es una de esas personas fragilísimas, de sensibilidad muy quebradiza, que no toleran o soportan muy mal la frustración, el desamor, el desdén y los inconvenientes que la vida nos arroja inevitablemente de cuando en cuando. Amy es también una gran artista, una compositora excepcional y una excelente vocalista, lo cual probablemente sea la causa de que siga viva, a pesar de su terrible debilidad emocional.

Amy, que es una chica londinense con fuerte acento cockney, hace música brillante y viva, llena de soul, hot jazz y rythm’n'blues, edulcorada con pop de ritmo sesentero, y que acompaña a letras torturadas, sinceras e inquietantes. Winehouse cuenta con insólito desparpajo cómo llevar una vida llena de alcohol y marihuana, para sobrellevar las insatisfacciones, la inseguridad y la tristeza. 

Le gusta ser sincera: es un lujo que se puede permitir. No es que se enorgullezca de sus malas costumbres, ni de sus trastornos alimentarios (es anoréxica y bulímica), sino que le parece que sería ridículo tratar de hacerse pasar por una persona mejor de lo que es. Total, al final todo se acaba sabiendo y a las desdichas habituales se une la vergüenza de ser descubierta públicamente. No merece la pena el esfuerzo.

Encuentro que ésa es una postura muy inteligente, además de muy honrada. Me recuerda a cómo era Charles Bukowski, otro artista autodestructivo, un grandísimo escritor y un hombre brillante.

Aunque no piensa rehabilitarse, como explica en su canción “Rehab“, confiesa que está harta de los “apagones” mentales de sus borracheras, y de los líos en los que se mete cuando bebe demasiado. Me apena que el genio de esta mujer se apague, como se apagó el de otros grandes músicos jóvenes, por culpa del consumo de drogas. Hace poco sufrió por eso un accidente que la impidió continuar con su gira de actuaciones por Europa. Y por si en general lo suyo fuera poco, ahora su marido está en la cárcel.

Amy tiene sólo veintitrés años, y probablemente no puede pararse a pensar que si sigue con ese estilo de vida lo más fácil es que muera dentro de poco. Y sería una pena, porque es francamente buena.

Bobby

¿Os imagináis que a Pinochet le hubieran dado el premio Poeta Ho Chi Minh a la Destreza Castrense? Pues más o menos eso es lo que me parece que le hayan concedido a Bobby Dylan -así lo llaman The Who en la canción “The Seeker”- el premio Príncipe de Asturias de las Artes. Suena raro, absurdo, casi paradójico.

Y no lo digo por lo de “las Artes”, naturalmente. Dylan es uno de los mejores artistas que están vivos actualmente, aunque a mí personalmente lleva como una década dándome algo de grima. Lo digo más bien por lo de “Príncipe de Asturias”, sobre todo por la parte del principado.

Sin embargo, y he aquí también algo misterioso, a mucha gente a la que en general nos trae sin cuidado a quiénes les dan los principitos y a quiénes no, este premio en concreto nos ha llamado la atención. Me pasó también con Woody Allen, que sé que estuvo encantado de visitar Oviedo y de recibir un premio tan peculiar, pero con Dylan me ha ocurrido que sólo con oír las gilipolladas que dicen de él los locutores de la radio, que hacen bromas fáciles y pueriles sobre su voz y su pelo, o incluso afirman que “tiene aspecto de sucio” (sic), como ha hecho hace unos minutos Carlos Herrera en su Onda Cero, sólo con eso ya tengo bastante para alegrarme del premio.

Tengo una observación melancólica: cuando veo en las teles españolas refritos en los que se recuerdan tiempos pasados, me sumo en un mar de tristeza. “En 1966 triunfaban los Sírex, en 1968 Massiel cantaba el la-la-la”. “Joé”, pienso siempre, “qué patético país el nuestro; y por ahí los Doors, los Who, los Beatles, el Dylan, el Brel…, en las listas de los más vendidos”.

Y luego me doy cuenta de que hay millones de españoles que en su vida han oído, ni oirán, a todos estos genios de la música, ni apreciarán jamás las maravillosas canciones de gente como este Bobby Dylan, un tío al que probablemente nunca veremos borracho después de una comida en una cumbre del G-8 (como al repugnante Sarkozy) ni lo pillarán diciendo que no sabe qué coño va a preguntar al presidente del Gobierno por la tarde, como a esos sinvergüenzas sin escrúpulos ni principios, Rajoy y Zaplana.

Y mira, eso ya es algo a tener en cuenta.

             

Lo que se ha dicho de Bob Dylan:
  • La mayor parte de la crítica musical está en el siglo XIX. Está muy por detrás de, pongamos por caso, la crítica de pintura. Todavía se basa en el arte del siglo XIX: vacas junto a un riachuelo y árboles y “yo sé lo que me gusta”. No se concibe el hecho de que Dylan quizá sea un cantante más sofisticado que Whitney Houston, de que él es seguramente el cantante más sofisticado que hemos tenido en una generación. Nadie identifica a nuestros cantantes populares como a Matisse o Picasso. Dylan es un Picasso, con esa exuberancia, variedad y asimilación de la historia entera de la música (Leonard Cohen, en entrevista con la revista Musician, 1988).
  • Sin Bob, los Beatles no habrían hecho el Seargent Pepper, los Sex Pistols no habrían hecho “God Save the Queen” y U2 no habría hecho “Pride in the Name of Love” (Bruce Springsteen).
  • Bob suena como si sus canciones tuvieran 300 años pero hubieran sido escritas ayer. Lo más importante de Dylan es la poesía que hay en sus canciones, que trascienden su propia música (Martin Scorsese).
  • En la música, Frank Sinatra puso la voz, Elvis Presley puso el cuerpo… Bob Dylan puso el cerebro (Bruce Springsteen).
  • Bob Dylan y The Band son lo más fuerte que he escuchado en mi vida (Marlon Brando).
  • Su manera de tocar es totalmente híbrida. Musicalmente no tiene sentido para el erudito. Cuando toca el piano, sólo tiene sentido para el que lo oye. Si fueras músico dirías: pero ¿qué estás haciendo? No tiene sentido. Y lo mismo cuando toca la guitarra. Haga lo que haga, es como si tuvieras que esperar un año o dos para coger el punto de poder escucharlo. La primera vez que lo oyes, es inútil. Después reflexionas y te das cuenta de que es perfecto (Eric Clapton , entrevistado por John Bauldie. Entrevista publicada en el libro Bob Dylan, se busca).
  • Para mi, Dylan siempre representó el rock and roll… Nunca pensé en él como cantante de folk ni poeta ni nada. Pensaba que era la persona más sexy desde Elvis Presley… Sexo en el cerebro, ¿sabes? El sexo más absoluto es estar totalmente iluminado y él era así, era el Rey. Y aún lo es (Patti Smith).
  • Nada de folkie o poeta. Es la gran bestia del rock and roll (Chuck Berry).
  • Dylan ha escrito canciones que tocan lugares de la mente a los que nadie antes había llegado (Jerry Garcia).
  • Es un pozo sin fondo. Aún tiene mucho que decir (Lou Reed).
  • Tocando con Bob Dylan nunca se aburre uno (Rick Danko, de The Band).
  • Bob Dylan es como Einstein. Como un disparo divino (Kris Kristofferson).
  • Bob era un príncipe. Aún le veo como el poeta más grande de nuestra época (Roy Orbison).
  • Al oírle pensé que un alma cogía la antorcha de América (Allen Ginsberg).
  • Me impresiona su tono de voz. Es como un cello (Frank Sinatra).
  • Dylan tiene mucho más que tres acordes y la verdad (Bono).
  • Dylan fue siempre un misterio. De dónde venía, cómo sabía lo que sabía, qué era lo siguiente que iba a hacer… Ocupaba casi completamente mis pensamientos, interrumpiendo la aparente normalidad de mis años estudiantiles con su torrente de conciencia beat/folk/blues/dadá/surrealismo/apalache/bop. Es, en parte, sumo sacerdote de la narrativa personal y, en parte, comandante rebelde enzarzado en un combate mortal con los brazos asfixiantes de nuestra historia colectiva revisada (Jackson Browne).
  • Es curioso, pero la gente aún le atribuye a Bob mucho misterio. Quiero decir que Dylan es un tío como cualquier otro, con la diferencia de que él tiene algo que decir. Y tiene una personalidad gracias a la cual todo lo que dice lo hace suyo. Es un tipo muy normal. Si le pides la hora, te la da (Tom Petty).
  • Siempre he pensado que Dylan era un farsante. Desde luego no es un muchachito que canta canciones líricas. Es un oportunista que quiere hacer carrera y sabe muy bien dónde va. Además, es un hipócrita. Nunca he comprendido por qué le gusta a la gente. No sabe cantar (Truman Capote).
  • Actualmente hay un hueco generacional, porque los chavales de veinte años no tienen “Bobdylanes” de veinte años (Joaquín Sabina).
  • Yo nunca he visto carisma como el que exhibía Bob en sus actuaciones (Joan Baez).
  • Bob Dylan es uno de esos personajes que sólo aparecen una vez cada 300 o 400 años (Leonard Cohen).
  • Bob es muy chistoso….. quiero decir que mucha gente se lo toma en serio y sin embargo, si conoces a Dylan, es todo un bufón (George Harrison).
  • No hace falta oír lo que dice Bob Dylan, lo importante es cómo lo dice (John Lennon).
  • La obra de ciertos artistas habla por su generación. Una de las más grandes voces de libertad de Norteamérica no puede ser más que un nombre: el transcendental Bob Dylan (Jack Nicholson).
  • Desde el instante mismo en que lo conocí, pensé que era algo grande, que era un genio, que era shakespeariano (Phil Ochs).
  • Gracias, Bob. Quiero decirte que no estaría aquí si no hubiera sido por ti, decirte que no hay nadie que no tenga que estarte agradecido y, para robar una línea de una de tus canciones —tanto si te gusta como si no—: “Tú fuiste el hermano que nunca tuve” (Bruce Springsteen).
  • Bob Dylan es uno de los cantantes de blues más importantes del mundo occidental; arte antiguo, rápida improvisación, variación eterna, formulación clásica, visión profética… (Allen Ginsberg).
  • No he pretendido hacer algo donde se desvelen todos los secretos de Dylan, ni mucho menos, sino rendir un homenaje a uno de los poetas más brillantes del siglo, un hombre que hace que nos miremos a nosotros mismos, que nos emociona y nos hace sentir cosas que no sabríamos transmitir de otra manera (Martin Scorsese acerca de No Direction Home).
  • Dylan se sabe un millón de canciones, viejos blues del delta y cosas como ésas. Una noche, cuando hicimos “Clean-Cut Kid”, sonaba igual a Muddy Waters. Él conoce más acordes que cualquiera que yo conozca. (Benmont Tench).
  • Se sacaba esas canciones de la nada. No sabíamos si eran suyas o si las recordaba. Cuando las cantaba, no lograbas distinguir. (Robbie Robertson).
  • Bob Dylan. Una mente fuera del tiempo (Paul Williams).
  • Dylan es un trovador del siglo XX, merecedor del Premio Nobel por sus virtudes imponentes y universales (Allen Ginsberg).
  • Cuando lo descubrí fue un deslumbramiento asombroso. Me gusta el caos, no la disciplina, y él era el profeta del caos… Él empezó a hablar de otras cosas, metió la literatura en el rock. Me ha alimentado y me sigue alimentando (Joaquín Sabina).
  • Yo nunca fui de los que pensaban que Dylan era un monstruo por pasarse a la guitarra eléctrica. Me gustó el cambio. Pero debo decir que la fuerza del joven Dylan como cantante de protesta —él siempre lo negó pero lo siento, Bob, eras un cantante de protesta— residía en que tomaba la guitarra, tocaba ante una multitud y su música y sus palabras eran como una flecha. La gente subestima su capacidad musical. La melodía y las palabras se disparaban como flechas. A mí me sigue pareciendo increíble (David Gilmour).

Sargeant Pepper’s Lonely Hearts Club Band

Hoy hace justo cuarenta años que salió al mercado uno de los mejores álbumes de música pop de todos los tiempos. Se trata de Sargeant Pepper’s Lonely Hearts Club Band, de The Beatles.

La portada también es antológica: