Cuando me subà al avión el viernes 1 de mayo hacia Chicago pensaba en que, precisamente, volaba hacia la ciudad en la que ocurrió hace ya mucho tiempo uno de tantos sucesos ignominiosos y brutales, en los que los patronos asesinan a miembros de la clase obrera que se ponen rebeldes. Uno de tantos, claro, pero justo el que se recuerda cada año en muchas partes del mundo desde entonces, el primero de mayo. En Estados Unidos, tal dÃa es el “May Day”. ¿Recordáis que, además, la llamada de socorro de los pilotos ha sido tradicionalmente “mayday”?
Qué cosas: A la media hora de despegar, el piloto del avión en el que viajaba dijo “mayday”, al menos para sus adentros. Nos comunicó que el avión estaba averiado y habÃa que regresar a Barajas. “Mayday!”, dijo algún cachondo entre el pasaje. “May Day”, me dije yo, “y nunca mejor dicho”.
Al fin aterricé en Chicago. Una ciudad evocadora, ¿verdad? Y no sólo por los sucesos del Haymarket de 1887, que se conmemoran cada año, sino por muchas cosas más. Era tanto el trabajo que allà me esperaba, y tanta la tensión que yo portaba, que poco pudieron mis muchos antecedentes emocionales sobre aquéllos, y no fui capaz de darme cuenta de que estaba en Chicago hasta que me pasée por la mañana, y sin querer, por la avenida Michigan. Nunca me he sentido asÃ: como una pueblerina de La Mancha en los años treinta, pisando por primera vez una gran ciudad. Sólo podÃa mirar hacia arriba: los altos edificios de los años veinte y treinta bordeando el rÃo Chicago me dejaron apabullada, de verdad. Y creed que ya llevo vistas muchas cosas, y muchas ciudades del mundo.
Es una ciudad pensada para que todo el mundo entienda que allÃ, en la milla de oro de Chicago, se mueve el capital rápido, el moderno, el que te levanta un rascacielos en dos meses y un barrio entero en ocho semanas. ¿Qué debió pensar Oscar Wilde cuando estuvo por allÃ? Dejó escritos varios comentarios jocosos y peyorativos sobre los grandes edificios chicaguenses, pero tal vez también tuvo ocasión de no dar crédito a lo que veÃan sus ojos. Claro que él era irlandés, y eso hace mucho carácter. Y además era Wilde, no cabe duda de ello.
Hace poco estuve en Miami, pero pensé que esa ciudad no era Estados Unidos del todo. TenÃa razón: lo de Chicago es mucho más estadounidense, en todos los sentidos. Para bien, y sobre todo para mal.
He vuelto con sentimientos encontrados: reconozco mi apabulle por muchas cosas que he visto, pero yo me he sentido fuera del cotarro. Hago un montón de cosas que allà no se deben hacer, y que hacen que te notes expulsada de la norma, lo que allà es francamente incómodo. No es una ciudad tolerante, en absoluto. Es una ciudad imponente, en el sentido de que a todo el que la pisa se le supone un cierto comportamiento que, si no cumple, lo convertirá en un outsider. Y allà estar fuera es complicado.
Sólo he establecido conversación espontánea -y yo soy muy de hablar con cualquiera- con gente “homeless”, sin hogar, todos ellos negros, y pedigüeños sin excepción. No tienen otra. Les he dado lo que he podido, sobre todo tabaco, que han agradecido mucho.
Me he ido de Chicago con ganas de irme. Es una pena, pero es asÃ.
Y es una pena, porque tal vez esperaba algo más de la ciudad. Creo que le daré otra oportunidad. A lo mejor, si cuando vuelva ya no fumo, me cae mejor.
8 comentarios ↓
Los monstruos de acero y hormigón me aterran. No puedo con ellos.
SÃ, chicago es lo que tiene Belén, pedigüeños y tal, nada comparable a la Habana, joder, allà sà que vi nivel de vida, no como en las ciudades usiáticas.
Tranquilo, hombre, el alcalde de Chicago los mete en autocares periódicamente para sacarlos de la ciudad. Como no tienen ni un dólar, les cuesta mucho volver.
¿Lo de Iñaki es natural o algún trauma infantil?
Es una mezcla de ambas Ãngel, de pequeño vi a unos chicos enterrados en Cal Viva y desde entonces lo paso mal.
Iñaki,
Primero, perdón por el exabruto. La verdad es que aunque no esté en absoluto de acuerdo contigo tú no has atacado a nadie personalmente.
Dicho esto, no entiendo por qué si Belén expone aspectos negativos que ha visto en Chicago, sales con lo de Cuba. ¿Acaso no se puede criticar estado unidos? Por eso mi mensaje, incorrecto en las formas desde luego.
Tampoco sé qué tiene que ver Belén con la cal viva, si es que crees que es pro PSOE me temo que no la has casado nada.
Pues estamos vivas las dos. No se me ocurre nada más.
A ver, en primer lugar gracias por las formas Ãngel.
En segundo, Belén, afortunadamente no tiene nada que ver con la cal viva.
Tercero, claro que se puede criticar a USA y a los useños, pero Belén ha estado en Venezuela y demás lugares donde no hay una democracia fetén y no le he leÃdo esos comentarios.
¿Hay racismo en USA? SÃ
¿Hay racismo en España? SÃ
¿Y en el resto del mundo? También
Por mis viajes he visto racismo de blancos a negros, de negros a blancos, de negros con negros, de unos orientales con otros orientales…
(serÃa interminable la lista)
Pero los topicazos con USA me llaman mucho la atención, por lo menos Belén ha hablado estando allÃ, pero si vieras lo que he llegado a oir de EEUU de gente que no ha puesto un pie allà te quedarÃas asombrado.
Para empezar, allà también hay progresistas que critican las instituciones y con menos nivel de sectarismo del que me he encontrado aquÃ.
En cuanto al racismo, como te dije antes lo hay, pero trabajé allà concretamente con personas de la cámara de comercio negra americana (sÃ, la hay, ya ves qué cosas) y tanto ellos como las personas de otras razas que trabajaron con ellos demostraron ser muy abiertos y hospitalarios como pocas veces he visto aquà en personas de derechas y de izquierdas, presumiendo unos y otros de mente abierta y dejando a EEUU como paÃs racista y demostrando lo contrario llegado el momento.
En fin, no era mi intención soltar semejante ladrillo, por otra parte, mis comentarios sarcásticos los verás a menudo, qué se le va a hacer, no sé si habrá alguien perfecto, pero yo no.
Adiós.
Deja tu comentario