Combatamos el racismo

A un joven negro que se gana la vida con la venta ambulante en un país extraño al suyo, y que tiene permiso de residencia, dos policías lo obligan a bajar del coche y le piden la documentación. Para su desgracia, no la lleva encima. Los policías le informan de que queda detenido, ante la sospecha de que se encuentre en el país en situación irregular. En lugar de llevarlo a comisaría, lo secuestran y lo conducen a un descampado, en donde le sacuden una formidable paliza de la que sólo se recuperará tras un largo ingreso hospitalario.

Éste es un hecho real que ocurrió en 1997. ¿En Sudáfrica, en Estados Unidos? No: en Vigo, Galicia, España.

El joven agredido denunció a sus agresores tan pronto como tuvo oportunidad de hacerlo. Hubo un juicio en el que los dos policías fueron condenados a varios años de cárcel, en la que no ingresaron debido a que no tenían antecedentes y la sentencia no era firme. Cuando la defensa de estos dos rufianes agotó la vía de los recursos judiciales, se solicitó el indulto al Consejo de Ministros español… que lo concedió en 2005. Aunque el indulto fue recusado por el abogado del agredido, no se admitió la recusación, y el resultado es que ahora mismo estos dos policías están ejerciendo de nuevo su labor de “protección” del ciudadano, en los mismos puestos de trabajo que ocupaban antes del “accidente”.

Lo he escrito de memoria, pero es prácticamente lo que he leído esta mañana en un artículo de la revista que nos envía mensualmente Amnistía Internacional, organización de la que somos socios.

El autor del artículo hace una pregunta retórica: ¿Es España un país racista? La contesta con datos escalofriantes, como los resultados de una encuesta sobre preferencias de vecindad hecha a una muestra de ciudadanos españoles, en la que la mayor parte de éstos afirmaban sentirse bastante o enormemente incómodos con la perspectiva de tener vecinos gitanos, en la misma medida que los molestaba la vecindad de ex presidiarios o alcohólicos agresivos. Otro dato inquietante es el hecho de que en España no hay ningún registro oficial de casos de agresiones racistas (como sí ocurre en otros países de peor fama en este sentido, como Reino Unido), lo que demuestra la despreocupación de nuestras autoridades por el asunto, como lo demuestra también el hecho de que los Gobiernos españoles nunca hayan hecho caso de las recomendaciones de la ONU para combatir el maltrato y las agresiones racistas.

Creo recordar que el articulista no habla, y debería hacerlo, de los campos de concentración que el Gobierno español ha subcontratado a algunos Gobiernos africanos sin escrúpulos, en los que se amontonan hombres, mujeres y niños que intentaban huir de la miseria a la que están condenados, por el hecho de haber nacido en países paupérrimos.

Tampoco habla, y cuidado que habría que hablar, del maltrato que se da a las personas que llegan a los aeropuertos españoles procedentes de ciertos países.

La campaña electoral del Partido Popular sólo ofrece peores perspectivas si ganase las elecciones ese detestable partido político.

Así pues, España es un país racista lleno de personas racistas, con Gobiernos racistas que no hacen nada, ni tienen intención de hacer algo, porque cambien las cosas. Conmino a todos los que penséis que esta realidad es desoladora, a que toméis conciencia de ello en primer lugar, y a que hagáis algo para evitar que este país se convierta en un lugar horrible, porque cuando las cosas están así sólo pueden ir a peor si no se pone remedio.

Como dice Ken Loach en una entrevista publicada en la misma revista, “no basta con sentirse mal ante la injusticia: hay que hacer algo por combatirla efectivamente”. Hagámoslo.

8 comentarios ↓

#1 Ángel on 04.24.08 at 4:13 pm

Es curioso cómo se indigan todos los medios de comunicación cuando un ladrón o un terrorista sale de la cárcel, aunque sea porque su condena está cumplida. Pero si se indulta a dos sádicos matones racistas, no se oye una protesta.
Mi conclusión de este caso y de otros (la negativa de este y anteriores gobiernos a seguir las recomendaciones de AI contra la tortura) es que los gobiernos españoles toleran activa y conscientemente la brutalidad policial.

#2 El erizo on 04.25.08 at 12:27 am

Cierto.

Mientras “en este país” no haya democracia real, las policías serán cuerpos represivos de los diferentes, de los no burgueses, de los no ricachos, etc…

Y como es lógico, aduladores de los poderosos: ¡siempre el mismo esquema!

Un matiz: los que no querrían por vecinos a gitanos, ¿sería por su etnia o por carecer de educación social? Yo he vivido en barrio muy humilde y me largué en cuanto pude por el griterío, el ruido, la suciedad, la falta de modales, etc…Y todos mis vecinos eran payos y currantes como yo. Sería útil saber si en la encuesta que citas, Belén, se preguntaba el porqué de la actitud.

En donde viví después, el vecino menos civilizado era un hijo de papá, delineante de profesión y yo no desprecio a los delineantes por eso.

Ahora vivo en otro lugar y el vecino más molesto es un policía local.

De modo que, cuidado con las encuestas, que depende de cómo se hagan los cuestionarios y de cómo se realicen en el trabajo de campo.

#3 Belen on 04.25.08 at 9:34 am

Lo siento, Erizo, no tengo más datos acerca de la encuesta.

#4 Izaam on 04.26.08 at 3:12 pm

Muy buen artículo. Es cierto lo que dices, Erizo, pero sin basarme en más estadísticas que mi propia experiencia, opino que 9 de cada 10 entrevistados muy seguramente asociarían delincuencia y marginalidad a la etnia gitana.

#5 Fétido on 04.28.08 at 11:28 am

España no es racista. Aquí le lamemos el cimbel al millonario y al poderoso sin importarnos lo más mínimo el color de su escroto.
Y si no, acérquese a la costa andaluza cuando viene un señor árabe (si está forrado no es un moro mierda), váyase de copas con Messi (quién dijo sudaca?) o Ronaldinho (mono negro, dicen?).
Lo que somos es una banda de hipócritas lameculos. Con el de arriba, claro; al de abajo lo pisoteamos y lo humillamos sin pararnos a pensar en su color u origen.

#6 Fétido on 04.28.08 at 11:29 am

Me faltaban los gitanos. Poca gente se negaría a tener de vecino a Paco de Lucía o Rosario Flores, por ejemplo.

#7 Ángel on 04.29.08 at 12:33 pm

Eso es verdad Fétido. pero a igualdad de condiciones, sí creo que somos racistas. Es decir, tendemos a valorar menos a un negro que a un blanco de mismo nivel. Creo que es algo inconsciente, y hasta que no nos empeñemos en ser concientes de ello y combatirlo no lo controlamos.

Claro, que somos más lameculos que racistas, en eso te doy toda la razón.

#8 Belen on 04.29.08 at 12:35 pm

Somos encantadores, vamos.

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