Continúo con la historia de la República Dominicana: hoy toca recordar cómo se vivió allà desde los convulsos tiempos de la Revolución Francesa hasta la llamada “Era de Trujillo”
El siglo XVIII comenzó para España y sus colonias con la llegada al poder de una nueva dinastÃa reinante, la francesa casa de Borbón. Para Santo Domingo el cambio supuso la reactivación de su actividad económica, ya que el nuevo Rey introdujo -entre otras reformas económicas- la paulatina relajación de las restricciones al comercio entre España y las colonias. Además, la Corona incentivó la repoblación del norte de la isla con emigrantes procedentes de las islas Canarias, se crearon plantaciones tabaqueras en el valle del Cibao y se reactivó el tráfico de deportados africanos para venderlos como esclavos. Estas medidas contribuyeron a mejorar en parte las condiciones de vida de los habitantes españoles de Quisqueya, pero aún asà la mayorÃa de ellos continuaron viviendo en la pobreza, lo que contrastaba con el alto nivel de vida de la vecina colonia francesa de Saint-Domingue, que por aquel entonces era el lugar más próspero de América.
La Revolución Francesa también llegó a la isla: en 1791 tuvo lugar una sublevación de esclavos en la sección francesa y el 4 de febrero de 1794 la Convención Nacional declaró abolida la esclavitud de los negros en todas las colonias francesas. En ese momento, el jefe rebelde haitiano Toussaint Louverture cambió de bando, dejó de combatir a favor del Gobierno español y se situó al lado de los franceses.
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En 1795, tras la Paz de Basilea, España renunció a su soberanÃa en toda la isla, que pasó a mano francesas. En 1801 Toussaint y su ejército llegaron a la ciudad de Santo Domingo; el 1 de enero de 1804 se proclamó la independencia de HaitÃ, y en Santo Domingo se inicia la Era de Francia. Tras varios episodios que incluyeron una efÃmera independencia (el “Haità español”), la ex colonia española fue invadida por el gobierno haitiano. La dominación haitiana duró desde 1822 hasta el 27 de febrero de 1844, dÃa de la proclamación de la independencia nacional y de la creación del estado de la República Dominicana. Uno de los padres de esta nueva nación fue Juan Pablo Duarte, quien hoy en dÃa es considerado un héroe local.
Salvo una breve anexión a España, el paÃs se mantuvo independiente de otras potencias hasta la llamada “primera invasión estadounidense” (1916-24). Tras seis años de bonanza económica debida a la subida del precio de la caña de azúcar en los mercados internacionales, el sangriento criminal militar Rafael Leónidas Trujillo accedió al poder mediante un golpe de Estado, en 1930.
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Trujillo gobernó el paÃs hasta su ajusticiamiento en 1961*, a veces como presidente y a veces como ministro de Relaciones Exteriores del jefe de Estado de turno colocado por él mismo. Este megalómano cruel y corrupto, que rebautizó a la capital Santo Domingo como Ciudad Trujillo, convirtió al paÃs en su propiedad. Toda disidencia, real o imaginaria, fue combatida con salvaje crueldad, y cualquier amenaza contra sus innumerables posesiones reprimida sin contemplaciones.
Durante la larga dictadura de Trujillo se cometieron crÃmenes sin número por parte de sus sicarios: durante más de tres décadas no hubo el mÃnimo respeto por la vida humana en la República Dominicana, y nadie estaba a salvo de caer en desgracia. Algunos de los crÃmenes más famosos y detestables de este aliado de los Estados Unidos en el Caribe fueron la matanza de haitianos de 1937 (año en el que se asesinó a unos 15.000 inocentes ciudadanos, sólo por haber nacido en Haità o por tener la piel lo suficientemente oscura como para parecerlo), o la muerte a golpes de las tres hermanas Mirabal, opositoras al régimen cuyo asesinato se recuerda el 25 de noviembre de cada año, en el DÃa Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.
Trujillo, que permitió el asilo de judÃos europeos en la isla (”para limpiar racialmente el paÃs”, dicen), también recibió a exiliados españoles que huÃan del régimen fascista español tras la guerra (entre ellos, el abuelo de mi marido, el granadino Antonio Castro), a pesar de -o tal vez por causa de- las buenas relaciones que mantenÃa con Franco. Los dominicanos con los que he hablado creen que la entrada de republicanos españoles supuso un enriquecimiento en la vida cultural del paÃs, pero parece obvio que si tuvieron algún tipo de influencia polÃtica sobre la población dominicana, ésta no fue lo suficientemente fuerte -por una u otra razón- como para poner en peligro al régimen trujillista.
Tras la muerte del tirano llegaron tiempos de esperanza y de frustración para los dominicanos. Mañana os contaré.
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13 comentarios ↓
holaaa……jeeejejejej soy una niña estudiosa jejejjee nomas visito esta pagina x q me la pidieron jajajjaa….;)
no es cierto a mi m gusta musho la historia
mas de la gerras es bueno saber
posss^ya me voy
adiossss~~~~~~~~;)
hola mi nombre es victor bisiten mi msn solo mujeres
mi msn es victorg_padilla@hotmail.com……….. me kite
es una redasion queme acantamo mucho creo que alas personas le gustata mucho grasias.
megusto mucho creo quelegustaran
Gracias, Carla. Un beso.
ami me encanta la historia de mi pais y espero q a muchos les interesen este tipos d historia
me gusto mucho su informacion creo que si todas las paginas fueran asi todo seria un mundo mejor
ESO PARECE UN MONO!!!!!
¿Lo cuálo, joven?
ESTUPIDOS COJAN OFICIO ESTO ES UN ESPACIO PARA APRENDER NO PARA FARANDULIAR
Hoyga, esto es un espacio para lo que queramos… No te jod…
esto es de nosotros no de ustedes
Muy bien, Joaquin (estoy en un teclado americano, no tengo acentos). Me gusta eso de que es de vosotros.
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