Las visitas de Corulla

Cuando el otro día Ruiz Gallardón respondió a la pregunta de Miguel Sebastián acerca de su presunta relación con Corulla, el alcalde de Madrid hizo caso omiso de las intenciones del candidato socialista, que claramente se refería a las presuntas implicaciones ilícitas que tendría el Ayuntamiento con la abogada de Roca, ambos implicados en la investigación sobre la corrupción urbanística en Marbella, y a quienes se les ha imputado recientemente graves delitos.

La pregunta y la respuesta me sumieron, lo reconozco, en la perplejidad. ¿Se trataba de atacar a Ruiz Gallardón en su vida privada? A juzgar por la respuesta del alcalde, así era. Mi primera reaccíón fue de rechazo absoluto: si las campañas electorales se van a reducir básicamente a atacar las costumbres particulares de los candidatos, entonces apaga y vámonos. Habíamos alcanzado el nivel mínimo de confrontación política: el bipartidismo anglosajón.

Al día siguiente, sin embargo, volviendo sobre el asunto, y tras escuchar de nuevo la secuencia, me di cuenta de que no había nada en la pregunta del candidato del PSOE que se pudiera interpretar como un ataque a la fidelidad matrimonial de Gallardón. De hecho, pude comprobar como éste defiende su intimidad sin razón alguna. La duda que queda es si fue una treta deliberada del alcalde para apartar la atención de algo tan serio como una presunta red de corrupción urbanística en Madrid, o si fue un “salto lógico” del subconsciente de Gallardón. Me inclino por la primera posibilidad, aunque la segunda es digna de considerar. En todo caso, lo cierto es que no tiene la menor importancia.

Visto con mayor perspectiva, veo que el PSOE ha decidido intentar implicar al Partido Popular de Madrid en la corrupción urbanística que apesta España. Estoy convencida de que saben a ciencia cierta -como muchos intuimos hace tiempo- que Gallardón y Aguirre y sus respectivas camarillas están implicados hasta las cejas en delitos relacionados con la especulación del suelo, pero creo que no pueden hacer pública la información de la que disponen, tal vez porque no sea suficiente para probar nada ante un juez, tal vez porque haya cargos del PSOE implicados asimismo, tal vez porque sea un lodo que creen que no conviene remover demasiado para no perjudicar sus propios intereses. Acaso sea una mezcla de todo ello.

Mi opinión es que el PSOE ha amagado sin llegar a dar (sus portavoces sólo han podido demostrar que la tal Corulla ha visitado en varias ocasiones el Ayuntamiento de Madrid), y que a falta de sólo unos días para que se elija el nuevo alcalde, esta campaña -si no mejora en contenido- va a quedar en agua de borrajas.

Y es una pena, porque es evidente que en mi ciudad y alrededores, la mayor parte de los cargos públicos son personas indeseables, a quienes les trae sin cuidado el bienestar de la población.

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