Estoy harta de ver en la tele manifestaciones de fundamentalistas católicos (antes se llamaban “procesionesâ€). Por lo visto, se creen que tienen perfecto derecho a ir por ahà exigiendo que todo el mundo se comporte como ellos creen que hay que comportarse, que todos vivamos como ellos creen que se debe vivir, y lo que es más grave y para mà más incomprensible, creamos lo que ellos creen. Les pasa como a todos los forofos: no ven más allá de sus narices, y están convencidos de que su realidad es la única posible. Pues bien, tengo una sorpresa para ellos: el marco legal español sólo garantiza que cada cual haga de su capa un sayo, siempre y cuando respete a los demás. Como no es el caso, no tienen derecho alguno a hacer lo que hacen. Que los demás se lo aguantemos porque somos mejores que ellos, no quiere decir nada al respecto.
En cuanto a la presunta bondad sin parangón de la institución familiar, no la veo por ningún sitio. Todos sabemos que la familia es el ámbito en el que se producen más crÃmenes, más agresiones, mayor número de vejaciones y malos tratos. No es ningún secreto que a causa de la violencia familiar mueren más mujeres, hombres, viejos y niños que por cualquier otra razón. No es que me oponga a que existan familias cohesionadas y felices, pero me niego en redondo a participar de la opinión de que es estrictamente necesario que la institución familiar, tal y como la hemos entendido históricamente, sea un bien necesario y prácticamente obligatorio. No es asÃ. Y si hay quienes encuentran alguna alternativa que la mejore -lo cual no es en absoluto complicado-, adelante con ella.
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